La Habana.-  EL CUBANO Jorge Luis Suárez dominó por cuarta vez entre los hombres la maratón cubana Marabana 2015, prueba en la que la noruega Tonje Granne Kvala se convirtió hoy en la segunda corredora extranjera que gana ese evento.

Suárez, un policía que dedica sus ratos libres a correr, triunfó con tiempo de 2:29.30 horas, en lo que consideró un triunfo de la medicina deportiva cubana.

El espigado corredor superó un proceso infeccioso en sus pies para imponerse en la prueba, que asumió con tranquilidad, concentrado en mantener el ritmo previsto.
Además, descartó un eventual retiro, pues afirmó que mientras se mantenga en el podio correrá maratones, y su triunfo de este domingo le abrirá nuevamente las puertas de la Maratón de Madrid.

Por su parte Kvala, una estudiante de medicina de 22 años que vino a Cuba a vacacionar y solo aspiraba a bajar de las cuatro horas, resultó la sorpresiva campeona con tiempo de 3:28.23.

"Aún estoy en shock, no esperaba este resultado, mientras corría solo pensaba en avanzar y avanzar", declaró Kvala a Prensa Latina, aún jadeando tras la extenuante experiencia.

En la modalidad de media maratón (21 kilómetros) se impusieron los cubanos Richer Pérez (1:11.19) y Yurisleidys Castillo (1:18.41), ambos cómodamente en una mañana húmeda pero sin sol, benévola para los corredores.
Cerca de cinco mil competidores salieron al amanecer del Capitolio Nacional para disputar la emblemática maratón cubana, que este año atrajo a una cifra récord de mil 400 corredores de 62 países.

EPOPEYAS, ANÉCDOTAS Y RAREZAS

Un guerrero Jedi japonés, una propuesta de matrimonio en la meta, un corredor que perdió las suelas y completó la carrera descalzo, son apenas personajes y anécdotas que sazonaron el Marabana 2015.

Cerca de cinco mil corredores, incluidos mil 400 extranjeros, convergieron en esta capital para correr las pruebas del Marabana, aunque la media maratón genera las historias más curiosas.

Por ejemplo, el estadounidense Shaun Baker sorprendió a todos al cruzar la línea de meta: jadeante, sudoroso y feliz le propuso matrimonio a su novia, Haldy Fong, quien no imaginó mejor regalo de cumpleaños.
"Creo que La Habana es una ciudad súper-romántica, especial para emprender esta nueva y emotiva carrera", comentó Baker a PL, aún aletargado entre el esfuerzo físico y el esperado "sí".
Ambos llegaron desde San Francisco, y como muchos otros estadounidenses que vinieron a correr, quedaron seducidos por Cuba y su gente, atrapados por una vivencia que echó por tierra cualquier prejuicio.
Victoria Balfour nació en Londres, pero vive en California, y confesó que pensaba toparse con un ambiente opresivo, y ha descubierto un país donde se respira libertad, la gente es abierta, cercana y amistosa.
Eso lo sabía Julio Travieso, líder de los "tamaleros", un grupo de estadounidenses que hace ocho años participa en esta fiesta deportiva, ideal para unir pueblos.
"El escenario actual es muy propicio, y creo que el próximo año podrían venir más de mil corredores de Estados Unidos", aventuró Travieso, un amante de esta pintoresca prueba.
Desde el lejano Japón vino un entusiasta de la Guerra de las Galaxias que corrió la media maratón vestido como un guerrero Jedi, con sable de luz incluido, en tanto el cubano Nelson García completó la ruta descalzo, y con su arnés de pintor.
Como él, otros corredores que sufrieron el efecto del salitre o la rotura del calzado terminaron la carrera a la usanza de Abebe Bikila: con los pies desnudos sobre el asfalto habanero, bendecido por la mañana nublada.
De hecho, el clima fue benévolo, mucha humedad pero nada de sol, pese a lo cual muchos europeos eran la imagen del bochorno al cruzar la meta, enrojecidos y acalorados.
Más allá del esfuerzo y el cansancio, los rostros en la llegada eran de satisfacción, alegría y una palabra unificó a las 62 nacionalidades aquí presentes: "¡Llegué!". (PL)