Caimito.- DE ZULUETA al estadio Grandes Alamedas se acortó la distancia, simbólicamente hablando, porque eso sucede durante las conquistas, y el equipo de fútbol de Villa Clara hizo suya la cancha de la provincia Artemisa con victoria tres goles por dos.
Llegó con la imposición del conquistador para forzar el orden y la ley marcial a base de disciplina táctica, además de la comprensión acertada de que en la intensidad estaba la clave para vulnerar al rival y someterlo en defensa.
Así se vio en la primera parte del partido de ida, correspondiente al repechaje clasificatorio al Torneo Clausura de la 108 Liga Nacional de Fútbol: un visitante que parecía andar por sus propias calles, repitiendo el recorrido obstinado de filtrar pelotas a las bandas y correr a la espalda de la defensa adelantada del local.
Y soportó Artemisa, más por la calidad de sus centrales Osmín Yaniel Hernández y Roberto Carlos Torres y su joven arquero, felino y seguro, que por el parado sobre la cancha.
Si los villaclareños intentaron asociarse para dar amplitud al juego y crear espacios, los artemiseños dependieron de saltar líneas con trazos largos. Acudieron los anfitriones a la verticalidad y el juego directo, que les daba opciones de acercarse al arco rival, pero sin éxito cuando intentaban resolver por alto frente a las torres del oponente.
El control de la pelota fue un mero trámite para el Expreso del Centro y con ello consiguió más de una vez crear problemas, como en el ocaso del primer tiempo, en que un derribo dentro del área resultó señalado como penal. La falta no fue el recurso artemiseño, sino el resultado de una pugna en desventaja por la transición rápida de los villaclareños.
Lázaro Yunior Betancourt convirtió en gol la pena máxima y así fueron a descansar.
Los de casa regresaron con ímpetu y mucho más orden que en la primera mitad, tanto que empataron en el minuto 51 como mismo sufrieron: desde el punto penal, aunque el capitán Osmín Yaniel Hernández erró antes de tomar el rebote para equilibrar el marcador.
Al 60' Lázaro Noel Ramos le dio vuelta a la pizarra, pero en el último tramo los acontecimientos dieron un giro dramático. Mucho pesaron las salidas de José Pérez y Yansiel Reinoso - llevaba al mal traer a la zaga rival-, que dieron a Villa Clara un segundo aire.
Se jugaba con menos aplomo y se equivocaron dos veces los locales en defensa. Así se les esfumó el partido, castigados por los goles de Rogney Hurtado y el recién ingresado Yeremi Molina, entre los minutos 72 y 74.
La victoria fuera de casa representa un gran paso para los dirigidos por Yenier Márquez, ahora mucho más cerca del Torneo Clausura.
Los artemiseños están a tiempo de impedirlo y reclamar el boleto como el mejor segundo lugar de los grupos de occidente.
En la remontada está la clave, pero entre el propósito y el hecho hay un camino tan largo como el que separa a los estadios de Caimito y Zulueta, uno que deberán emprender cuesta arriba, durante los tres días que restan para el choque de revancha.
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