Tokio.- ERA DE esperar que incluso en medio de la covid-19 los japoneses fueran más allá de los límites y generaran una experiencia inolvidable durante los Juegos de la XXXII Olimpiada.
Su compromiso con un mundo sostenible, en apego a la Agenda 2030 de la ONU y el proyecto verde del COI, tiene acá, por ejemplo, un capítulo notable con el uso del hidrógeno.
Hablamos del primer elemento de la tabla periódica, y el más ligero, posible de almacenarse y transportarse en forma de gas. Además no genera emisiones cuando se produce con energía renovable, lo cual abre puertas a la transición hacia sociedades libres de carbono.
Por primera vez en la historia la pira olímpica funcionará con hidrógeno, en un acto simbólico sobre el uso de este elemento en la sociedad nipona, a partir de una estrategia implementada desde 2017.
Sin embargo, los Juegos servirán de plataforma para mostrar los adelantos tecnológicos en este sentido, empezando por el diseño y funcionamiento de la villa olímpica.
Ese lugar se considera una ciudad de hidrógeno en miniatura, pues el gas alimenta los autobuses de los atletas y calienta el agua en cafeterías, dormitorios e instalaciones de entrenamiento.
Una vez concluya la cita paralímpica, en septiembre, el servicio se mantendrá para los bloques residenciales que allí se constituirán, sirviendo de modelo a proyectos más grandes en el futuro.
La empresa Toyota, productora de los primeros vehículos de hidrógeno en 2014, juega un rol importante en este proyecto.
Sépase que suministra unos 500 vehículos de este tipo para el transporte de personal y funcionarios, además de 100 autobuses destinados a los atletas. Confirma el COI que cada ómnibus tiene 10 tanques y carga un total de 600 litros del gas.
Esa demostración de modernidad no es más que un adelanto de sus verdaderas pretensiones, fijadas en disponer para 2030 de 200 mil vehículos de pila de combustible y una red de 900 estaciones de servicio. Actualmente poseen 135 de estas, más que cualquier otro país del mundo.
Por tanto, anotemos a Tokio no solo como los Juegos de la covid-19, sino también los del hidrógeno.
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