Asunción.- LA JORNADA prometía emociones, pero el voleibol de Cuba, sumadas las dos modalidades, se deslizó este martes por la pista con una tibieza que apenas rozó el entusiasmo en los II Juegos Panamericanos Júnior.
En una tarde de intermitentes aguaceros, el saldo fue de un triunfo sobre la arena, de donde también emergió una derrota, y otro descalabro en la sala del COP Arena.
El inicio fue con buen pie, cuando la pareja femenina integrada por Kaila Garrido y Maykelin Drik se impuso 2-0 a la peruana de Stephannie Castillo-Yezet Romero, con cómodos tanteadores de 21-12 y 21-18.
Todo funcionó bien, tanto ataque como defensa. Con sus pies hundidos en la húmeda arena y sus miradas decididas, las de la Isla dieron una clase práctica a las sudamericanas.
Bastó un rally vibrante, y un remate cruzado que dejó a todos sin aliento, para recordarnos que este deporte puede ser arte, lucha y belleza. Fueron el color en el lienzo gris.
Pero a seguidas, sus compañeros no mostraron su real valía. Los guantanameros Eblis Verane-Damián Gómez cedieron 0-2 (14-21, 15-21) ante los argentinos Marcos González-Fausto Inostraza. Saques previsibles y bloqueos tímidos: el juego colectivo parecía más una coreografía ensayada que una batalla por puntos.
Finalmente, en la sala no se pudo con el empuje de Brasil y llegó el revés 0-3 (18-25, 19-25, 20-25), pecando de una "indisciplina" técnica que tuvo clara expresión en 28 puntos entregados al rival por errores no forzados.
Las estadísticas hablan por sí solas. Brasil fue mejor en el porciento de ataque (54-43) y bloqueo (11-4), y no resultó suficiente la superioridad en puntos por servicio (3-1).
Dayron Gallego, líbero del conjunto, comentó a JIT que los reiterados errores en las recepciones fueron clave en el adverso desempeño exhibido.
No obstante, el pequeño jugador expresó que este miércoles pelearán mejor sobre la cancha para imponerse a Colombia en cuartos de final, pues llevarse el crédito les mantendría en la pelea por medallas.
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