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París.- PAR DE sólidos pasos hacia su quinta coronación olímpica dio hoy Mijaín López en el torneo de lucha grecorromana, que ya le tiene entre los animadores del segmento semifinal de la división de 130 kilogramos.
El Gigante de Herradura llegó a esta ciudad para escribir una historia inédita, y los dos capítulos iniciales casi fueron una obra maestra. El primero, cumpliendo con certero rigor el guion que le colocaba como favorito frente al surcoreano Seungcham Lee, lo que corroboró con un solvente 7-0.
El siguiente, dejando claro que el iraní Amin Mirzazadeh posee el cetro de campeón mundial solo por su planificada ausencia. El persa probó la cruda realidad de que el abanderado de la Isla sigue siendo imbatible.
A fuerza de un desbalance encajó los dos decisivos puntos, y cuando el árbitro rumano Feren Gyarmati le concedió en el segundo tiempo la oportunidad de su vida, no fue capaz de cambiar el sentido de la historia.
Con sus triunfos iniciales Mijaín estiró más su condición de invencible en estas lides, pues su última derrota bajo los cinco aros data de Atenas 2004, cuando siendo muy joven regresó a casa sin premio en el equipaje.
Tras su segundo éxito de la jornada el mejor gladiador clásico de todos los tiempos reconoció que ese combate le exigió mucha concentración y fuerza mental en función de cumplir el único objetivo que lo trajo hasta aquí.
Sabe que millones en la Isla, y desde muchas partes del mundo, han seguido su extraordinaria trayectoria y se mantienen este lunes a la expectativa de todo cuanto acontezca en la Arena Campo de Marte, casi a los pies de la icónica Torre Eiffel.
La noche parisina aguarda por su nueva presentación, en la semifinal, enfrentando al azerí Sabah Shariati, quien dejó en el camino al estonio Heiki Nabi (1-1) y al kazajo Alimkhan Syzdykov (4-0).
En la división de 60 kilogramos el cubano Kevin de Armas no pudo contra el mayor rango del japonés Kenichiro Fumita, quien venció por superioridad técnica (11-1).
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