La Habana.- PARA la Doctora en Ciencias Médicas María Elena González Revuelta fue un gran honor recibir la Orden Carlos Juan Finlay, distinción que lleva el nombre de «uno de los más ilustres colegas cubanos de todos los tiempos».
Desde su casa en la barriada capitalina del Vedado, la profesora consultante del Instituto de Medicina del Deporte (IMD) conversó con JIT sobre la entrega de ese premio y su larga trayectoria desde que se graduara en 1974.
«La Orden es un gran orgullo porque reconoce 44 años de investigaciones. Para las personas que la recibimos significa mucho, aunque no creo haber hecho algo extraordinario, solo dedicarme a mi trabajo», expresó con humildad una persona que no gusta de entrevistas ni cámaras.
Esta habanera, cercana a los 69 años de edad y pese a dificultades de salud, no se detiene. Hasta en su casa sirve de tutora a quienes la solicitan, participa en investigaciones y hace trabajos propios.
«No porque tenga el grado de Profesora Consultante puedo quedarme a que llegue algún tema. Estoy en varios tribunales, en el Consejo Técnico Asesor del INDER, y especialmente en la asesoría en el laboratorio de pruebas de esfuerzo en el IMD», señaló entre otros quehaceres diarios.
«Tampoco puedo detenerme en las actividades docentes e investigativas. Por ejemplo, esa labor de medición con los atletas es muy importante para evaluar cómo el entrenamiento ha incidido en su cuerpo, y evitar que las cargas dañen su salud. Se trata de aumentar las capacidades a partir de un control», aseguró la especialista de segundo grado en Fisiología Normal y Patológica.
«Ya a nuestra edad no se trata de ser protagonista, lo importante es formar a nuevos profesionales para que continúen el desarrollo. Cada día el deporte exige más hacer buenos diagnósticos para los entrenadores, en apoyo a los adelantos de la ciencia y la técnica», acotó.
También confesó que llegó al deporte gracias a su profesor Manuel Amador, muy vinculado a temas de la actividad física y los ejercicios, quien la puso en contacto con reconocidos propulsores como Carlos Rodríguez y Raúl Mazorra.
Dos años después de graduada en el Instituto Superior de Ciencias Médicas ya colaboraba en el IMD, y su primera tesis de especialización en 1981 trató sobre la Determinación de la capacidad física del trabajo en niños de 11 y 12 años.
«En 1998 conseguí plaza en el IMD, y en el 2002 obtuve la maestría con la tesis titulada Diseño de una prueba de esfuerzo para la evaluación funcional del rendimiento en boxeadores cubanos de alto rendimiento», relató.
La cumbre en cursos de postgrado llegó con el título de Doctora en Ciencias, al defender en febrero del 2007 la obra Metodología para evaluar en el laboratorio el rendimiento funcional aerobio-anaerobio de deportistas de combate.
En todos estos años ha impartido numerosos cursos, dirigido tesis, participado en importantes congresos y eventos, además de publicar artículos y libros en el campo de la fisiología y el entrenamiento deportivo.
Como muchos de su generación participó en la Campaña de Alfabetización y la lucha por la independencia de Angola, por lo que ostenta la medalla de Combatiente Internacionalista de Segunda Clase. Igualmente ha impartido docencia en universidades de Latinoamérica y el Caribe, tales como México, Perú, República Dominicana y Venezuela.
Su impresionante currículo atrajo a muchos para situarla en otros puestos, pero María Elena siempre tuvo como incentivo trabajar y cumplir con su deber, desde el día en que abrazó la profesión y se inclinó por la medicina del deporte.
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