Asunción.- ERA LA última prueba, la que ponía el punto final al clavados de los II Juegos Panamericanos Júnior, y los cubanos no quisieron despedirse en “blanco”.
Carlos Daniel Ramos y Bernaldo Arias, conscientes del enrome reto, dieron la batalla con la concentración y tranquilidad que llevaba el momento y se llevaron la medalla de bronce con350.07 puntos, nota muy parecida a la que consiguieron en el pasado campeonato panamericano de Medellín, donde se repartieron los cupos para esta cita.
Encontraron la sincronización exigida en la mayoría de sus saltos y esa estabilidad le abrió las puertas del podio, cuyos escalones más altos, como apuntaban los pronósticos, fueron ocupados por las duplas de Canadá (413.46) y México (380.01), en ese orden.
«Estamos felices por este cierre. Lo hicieron muy bien y trabajaremos más para seguir conquistando triunfos», aseguró la comisionada nacional, Milagros González.
Su alegría es compartida por el resto del grupo, que emprenderá el camino de regreso a casa con otras dos preseas en el equipaje, entre ellas el título ganado por Frank Abel Rosales en el trampolín desde un metro.
El otro premio, también bronceado, corrió a la cuenta del propio Carlos Daniel, en el evento individual de plataforma, para muchos el de mayor nivel entre los vistos en el Centro Acuático Olímpico.
«En realidad vimos muy buen nivel en casi todos. Nosotros estamos contentos, porque logramos además que las muchachas avanzaran a varias finales, a pesar de que son muy jovencitas y con poca experiencia competitiva», aseguró el jefe de los entrenadores Hugo Pérez de Corcho.
El preparador hacía referencia al desempeño de las quinceañeras Cinthya Cortina, Anais Negret y Melany Zaldívar, juntos Martha Castañeda, la más “adulta” del grupo con apenas 18 años.
Quedó demostrado que existe en la Isla el talento necesario para trabajar a mediano y largo plazo, aunque también que para ello es necesario el roce con los mejores del mundo en este deporte, en el que la experiencia competitiva resulta fundamental para conseguir la concentración necesaria.
Sin dudas, el futuro más inmediato lo marcan jóvenes como Frank Abel, el de mejor actuación ahora, aunque se despide de la justa con sensaciones encontradas. Por un lado le invade la felicidad por su título, que contrasta con el décimo puesto de su incursión en el trampolín desde tres metros.
Los fallos a este nivel pasan una factura muy alta, y eso lo saben él y su entrenadora, Daylet Valdés. Trabajar en la fortaleza psicológica y encontrar mecanismos que le permitan superar los momentos más complejos, quedaron como asignaturas pendientes.
Al final, solo seis países consiguieron hacer la cruz en el medallero del clavados, con México a la cabeza gracias a su cosecha de cuatro preseas de oro, seis de plata y dos de bronce. Le siguieron Estados Unidos (3-2-2), Canadá (2-1-2) y Cuba (1-0-2).
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