La Habana.- INEVITABLEMENTE, cuando Matanzas perdiera y su racha de victorias consecutivas quedara truncada, el titular resonaría tanto como los de fechas anteriores, en las cuales los Cocodrilos aparecían encumbrados, mostrando una imagen arrolladora, indetenible.
Y el día del traspiés llegó, este 14 de septiembre, exactamente 25 jornadas después de su último fracaso, después de una cadena de 18 triunfos, tantos que ya casi ni se recordaba el descalabro del lejano 20 de agosto en predios avileños contra los actuales monarcas.
Ahora Industriales fue el verdugo de los Cocodrilos, responsable de romper el invicto yumurino en el parque Victoria de Girón, que se extendía tras 15 desafíos. Y los Leones capitalinos consiguieron la hombrada luego de remontar un choque que tenían casi en el congelador al entrar en el tercio conclusivo.
No fueron buenos los augurios de los Azules desde el mismo inicio del pleito, porque Noelvis Entenza, serpentinero que solo había permitido dos limpias en 14 entradas durante sus salidas previas, ahora aceptó tres rayas en el capítulo de apertura, castigado por sólidas conexiones de Yordanis Samón y Jefferson Delgado.
Los capitalinos se acercaron con par de carreras impulsadas por Joasán Guillén y Yolbert Sánchez, pero un vuelacercas de Ariel Martínez en el quinto puso de nuevo diferencia de tres favorable a los yumurinos.
Sobre este último batazo, los industrialistas reclamaron al video que la pelota había salido de foul, pero en la cámara lenta fue imposible aclarar la jugada, por lo que se sostuvo la decisión del árbitro de tercera, Dámaso Martínez.
Al entrar en el séptimo, el emergente Javier Camero dio vida a los Leones con par de remolques, y en el octavo el experimentado Carlos Tabares subió el empate a la pizarra con cohete que impulsó a Joasán Guillén, sin dudas el héroe de la tarde, pues en el décimo capítulo despachó el jonrón que puso fuera de combate a los Cocodrilos.
Final improbable, sin dudas, porque Guillén solo acumulaba un vuelacercas en 23 partidos jugados esta temporada, además, ha sido un pelotero que siempre se ha caracterizado por la velocidad y no por el bateo de largo metraje.
De controlar los embistes finales de la ofensiva yumurina con tres episodios en blanco se encargó Eddy Abel García, quien entró en escena justo cuando se empató el pleito y de manera un tanto sorpresiva, pues el anterior serpentinero azul, Ernesto Iglesias, había retirado a cuatro hombres en línea. Lo cierto es que el movimiento le salió a la perfección al alto mando azul.
De acuerdo con los números del estadístico Yirsandy Rodríguez Hernández, Matanzas igualó la mayor cantidad de victorias consecutivas para un elenco de la provincia, récord logrado en 1983 por Citricultores.
Con sus 18 triunfos ininterrumpidos, quedaron lejos de la marca nacional, establecida por Mineros entre el 8 de febrero y el 9 de marzo de 1972, lapso en el que lograron 27 sonrisas, y también del segundo mejor registro, en poder de Sancti Spíritus gracias a sus 25 éxitos del 5 de marzo al 16 de abril del 2006.
No obstante, Matanzas, ya clasificado a la siguiente ronda y con notable renta en la cima de la clasificación actual, tiene a tiro romper el récord de más victorias en 45 partidos, en poder de ellos mismos (Serie 54), espirituanos (Serie 52) y avileños (Serie 55), todos con 31 sonrisas.
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