Foto: Roberto Morejón
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La Habana.- TAN PERFECTA como reinó sobre los aparatos y el tapiz se comportó hoy Nadia Comaneci en una Escuela Nacional de gimnasia a la que llegó sin que le importara la fuerte lluvia, especialmente motivada por el deseo de conocer a la estrella cubana del momento: Manrique Larduet.
«Estoy muy impresionada por tu desempeño en el Campeonato Mundial de Glasgow, donde todos hablaban de ti, y espero que estés muy orgulloso de lo que hiciste», le dijo instantes después de traspasar el umbral de la instalación.
«Tu gimnasia es muy buena, y con un buen entrenamiento será excelente», aseguró sonriente al dialogar con el subtitular del orbe. «Era difícil haber retado a Uchimura y lo hiciste muy bien, así que te deseo mucha suerte», sostuvo en relación con el jerarca japonés que superó al antillano en el all around.
La nueve veces medallista olímpica y considerada la más afamada gimnasta del planeta visita Cuba como invitada al Grand Prix de judo que transcurre en esta capital, y confesó que no podía marcharse sin conocer la escuela.
«Es un orgullo ver el lugar donde entrena el gimnasta número dos del mundo», aseguró ante numerosos medios de prensa nacionales y extranjeros reunidos allí, donde dijo haber recordado el centro donde se formó.
«Es muy similar a la que tuve en Rumania, con todo el apoyo del gobierno puesto en función del deporte», enfatizó. Por eso tener una estrella como Larduet es muy inspirador», explicó antes de opinar que la gimnasia es base para todos los deportes y merece que se invierta más en ella porque contribuye al desarrollo de las nuevas generaciones.
La mujer nacida en Rumania el 12 de noviembre de 1961 y residente desde 1989 en Estados Unidos fue toda sonrisa entre niños y niñas, firmó fotos, trajes deportivos y hasta el caballo de salto y la viga de equilibrio, «para que sea inspiración cada vez que entrenen».
Acompañada por directivos de la instalación y el deporte, la primera gimnasta con calificación perfecta en Juegos Olímpicos recorrió cada espacio del centro inaugurado en el 2005, bromeó con las chicas de la rítmica y posó junto a ellas pelota en mano.
Al conversar con los más pequeños de la artística les narró que su esposo Bart Conner fue campeón en Los Ángeles 1986 y les alentó a seguir esforzándose cada día en busca de sus sueños.
Además le pronosticó a la campeona panamericana de salto Marcia Videaux que le vería en los juegos de Río y conoció a Randy Lerú, el otro estelar del sector masculino.
Intentó algunas palabras en español, confesó que alguna vez probó con algo de la modalidad rítmica, tuvo paciencia para la sesión de fotos y creció su fama de mujer perfecta de la gimnasia, esta vez en La Habana.
UN APARTE CON LARDUET
Tras el recorrido volvió a tener un alto para Manrique y su entrenador Carlos Gil, con quienes indagó sobre sus sistemas de preparación, comparándolos con los asumidos en su época, y les deseó mucha suerte.
«Un atleta como tú demuestra que no importa el lugar en que nazcas para ser una estrella, y esto motiva a todos los niños a que sigan practicando y haciendo deporte», aseveró, y le trasmitió el saludo de su esposo.
«Ambos vamos a estar viéndote en Río», adelantó, e interrogada por varios reporteros no descartó que Manrique pueda ser campeón en la urbe sudamericana.
«Está muy cerca del número uno, de Uchimura, de quien dicen que es el Dios de la gimnasia, que lo hace todo exactamente por el librito, pero la competencia es otra cosa, y necesitas tener un buen día», consideró.
«Cuando se piensa en grandes gimnastas pensamos en Japón, Estados Unidos, y por eso muchas personas se quedaron impresionadas en el mundial, y debe ser un gran orgullo para ustedes que un cubano pudiera llegar a ese nivel», dijo finalmente. bystolic discount coupon daliresp patient assistance
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