Beijing.- NO ES exagerado asegurar que el jamaicano Usain Bolt acaparó la mayor cantidad de titulares asignados en las últimas horas en esta, la ciudad que le vio convertirse en súper estrella en el 2008.

Y es en relación con su imagen de astro la interrogante que se hacen todos: ¿Mantendrá la hegemonía en la velocidad en el mismo Nido de Pájaros que marcó su despegue en los Juegos Olímpicos de hace siete años?

La respuesta comenzará a conocerse el domingo en la noche, pero desde ya todos se aventuran a opinar y los medios evocan las hazañas del hombre más rápido de la tierra al tiempo que destacan algunos de los rivales que encontrará ahora.

Lo cierto es que Bolt no vive la mejor de las campañas, pues las lesiones que le “golpean” desde el 2014 le obligaron a limitar sus presentaciones internacionales y “apenas” marcó 9.87 segundos en los 100 metros y 20.13 en los 200.

Muchos, incluido su entrenador Glen Mills, mostraron preocupación en determinados momentos, pero el atleta lanzó hoy una señal de optimismo. «Estoy en buena forma y estoy corriendo bien. Además, mi salida está mejorando. Estoy listo», proclamó.

«Me siento realmente preparado. Me gustaría haber corrido alguna carrera más antes de llegar aquí, pero estoy entrenando bien y mi entrenador está feliz. Cuando él está feliz significa que todo va bien», indicó a solo horas de celebrar este viernes su cumpleaños 29.

El recordista mundial de ambas distancias ha ganado nueve de las 10 medallas individuales repartidas al más alto nivel entre los mencionados juegos del 2008 y el certamen universal de Moscú en el 2013.

Sus mágicas piernas solo dejaron escapar el título del hectómetro en Daegu 2011, cuando arrancar en falso en la final se convirtió en la noticia de la jornada.

Aquí se impuso con récords mundiales de 9.69 y 19.30 que él mismo se encargó de borrar un año después en la cita del orbe de Berlín.

Desde entonces están vigentes los 9.58 y 19.19 que parecen muy lejanos para el Bolt actual.

Aunque con él siempre los sueños son válidos, más porque será retado por otros grandes, especialmente el norteamericano Justin Gatlin, polémico líder de la campaña en las dos pruebas.

Sobre el norteño pesará siempre la sombra de sus dos suspensiones por dopaje, un fantasma que se pasea con mucha fuerzas ahora sobre el deporte rey.

Lo cierto es que todas las miradas estarán “posadas” como pájaros en su nido en la noche del domingo, cuando se corra la más espectacular de todas las pruebas.  

«Me acuerdo del 2008, yo estaba muy emocionado. Fue divertido... Y estoy feliz de estar de vuelta aquí», confesó, conocedor de lo que los aficionados esperan de él.