Toronto.- CON LA esperada agenda del congreso del Comité Paralímpico de América (CPA) mañana, esta ciudad vuelve a vivir aires de deporte, ahora con todo el sello de las modalidades para personas discapacitadas pero con la misma amabilidad y simpatía de voluntarios y pobladores.
La entidad bajo el mandato del argentino José Luis Campo sesionará previo a la cita deportiva, esta vez con 30 miembros, y evaluará importantes aspectos de cara a los próximos años.
Para las 09:00 horas en el hotel Sheraton está prevista la apertura con análisis de la política deportiva, reportes del presidente y de la comisión financiera, además de las relaciones con el Comité Paralímpico Internacional.
Un importante tema será la presentación del proyecto de la fundación Agitos para el Caribe, basado en la ayuda a atletas jóvenes de esos países para los cuales se pretende realizar una concentración en Cuba en el 2016, según revelaron a JIT fuentes del ejecutivo.
Eso devela parte de las intenciones del CPA en los últimos años, que incluye el acercamiento con la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) y colaboración económica y la realización de los Juegos Parapanamericanos Juveniles a partir de Sao Paulo´17, sin duda impulsos para el paradeporte en la región.
Atentos a ese cónclave, delegaciones y naturales de la mayor urbe canadiense continúan la fiesta tras los Juegos Panamericanos, empeñados en darle tanta o más lucidez.
La misma plaza Nathan Philips Square se llena desde las mañanas con turistas, anfitriones, representantes del staff del Comité Organizador y hasta la prensa encargada de la cobertura, que tienen su centro principal en el citado hotel.
Allí vuelven las actividades, con música y ceremonias de ganadores como protagonistas desde el venidero viernes, pero antes sigue como punto de concentración, encuentro y diversión para muchos.
Giselle, cuyo nombre no converge con sus rasgos asiáticos, y varios compañeros voluntarios en la tarde allí escenificaban un partido no muy conocido del voleibol sentado, uno de los 15 deportes de estos juegos.
«Para nosotros es diversión y enseñanzas, porque nos reunimos más como compañeros de labor y mostramos a muchas personas el esfuerzo de quienes por sus limitaciones juegan así», dijo al momento de recoger el balón de manos de los enviados cubanos.
El espacioso parque, rodeado de la arquitectura antigua del Old City Hall, inaugurado en 1899, y de la moderna con innumerables rascacielos, entre ellos el actual ayuntamiento desde 1965.
Por lo pronto todo es parte de una nueva cita del deporte inclusivo que aspira a ser la más grande y mejor de cinco convocadas.
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