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Tokio.- RAÚL Trujillo, entrenador principal de la lucha grecorromana en Cuba, carga sobre sus espaldas el peso del éxito.
No es tan fácil llevar una vida de victorias, no lo es, pues ante cada nuevo reto las personas, los seguidores, los aficionados en este caso, no esperan otra cosa de ti.
Tras ganar el torneo clásico de Río de Janeiro 2016, donde reinaron Mijaín López (por tercera vez consecutiva) e Ismael Borrero, el equipo dirigido por este matancero vuelve a la más exigente de las escenas internacionales y lo hace de “macho”, como diríamos en buen cubano.
Puede asegurarse porque otra vez están Mijaín y Borrero, y porque detrás aparecen otras figuras de calidad y en plenitud de condiciones, como Luis Orta, Gabriel Rosillo y Daniel Grégorich, sin demeritar a Yosvanys Peña.
Trujillo se nos presenta, en verdad, deseoso de probar sobre el colchón el éxito de su estrategia a lo largo de estos cinco años.
También se muestra molesto de vez en cuando, con aquello que se ha interpuesto al desarrollo de su equipo y del deporte cubano en general.
Habla de la covid-19, sin resignación, y se pone rojo cuando menciona el Bloqueo de Estados Unidos, las agresiones y persecuciones que constriñen las posibilidades de topes, viajes, intercambios y otras actividades.
«El equipo está muy bien. Ya cumplimos con la obtención de la forma deportiva. En Bulgaria redondeamos la preparación en condiciones más tranquilas, ideales, con atletas de ese país ya conocidos y todas las atenciones necesarias. Fue maravilloso, una de las mejores bases que hemos tenido en nuestro deporte», sostuvo con el silbato en la mano, listo…
«Nos sentimos seguros de poder cumplir los objetivos trazados para estos Juegos», agregó consciente del reto que encontrará en el Makuhari Messe Hall A a partir del primero de agosto.
«Mijaín está muy bien. Siempre ha sido su mayor preocupación el peso, pero está en lo óptimo. Su estado físico y mental es extraordinario. Está muy motivado, al punto de que no se siente presionado con la responsabilidad que tiene. Su nivel de preparación está muy elevado, a pesar de todos los contratiempos. Podemos asegurar que ha asimilado las cargas prefectamente, al igual que todos los representantes del equipo».
En cuanto a Borrero, otro extraclase de su nómina, Trujillo sostuvo que «ha mejorado mucho y se ve muy direccionado hacia sus objetivos. Entrenó de cara a la responsabilidad y el propósito que tiene».
Pero este profesor dirige a otros hombres con opciones de llegar al podio: «Traemos un equipo en que cualquiera puede dar un alegrón. Todos están bien y pueden ofrecer el resultado que esperamos, por supuesto el mejor posible».
Sobre el evento, a pesar de la pandemia, consideró que «va a tener un alto nivel. Los principales países se han preparado bien, han tenido esa preocupación y no han parado, dadas sus condiciones para aislarse y competir».
En cuanto a lo vivido entre la primavera de 2020 y la actualidad, Trujillo recordó que «nosotros hemos enfrentado muchas más dificultades, por la covid-19, por el Bloqueo, por las agresiones, pero vamos a demostrar que con nosotros no se juega».
Esa frase la dijo enardecido, de alguna manera, y de igual modo despidió este diálogo: «siempre tenemos un grado alto de responsabilidad con nuestro pueblo, que lo merece todo; un pueblo digno, aguerrido, muy maltratado por el enemigo, al cual saldremos a darle lo que merece».
Y siguió con su silbato, pitando al ritmo de la victoria y el compromiso.
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