Tokio.- EN LA Mayor de las Antillas millones de seguidores del deporte se mantuvieron despiertos en la madrugada de este martes, querían ver el triunfo del cubano Rafael Alba en la división de más 80 kilogramos del torneo de taekwondo de estos Juegos Olímpicos.
El doble campeón mundial era una de las esperanzas más sólidas de medalla de oro para su delegación y recibió cientos de mensajes de aliento en las horas pasadas. Su combate era el último de los octavos de final en el área A del Makuhari Messe Hall y enfrentaba al macedonio Dejan Georgievski.
Un hombre al que ya había vencido en 2020 y que esta vez le sorprendió. Alba no encontró la manera de llevar la pelea, apenas pudo concretar dos puntos en los primeros dos tiempos, mientras su rival conseguía 10.
Con tal desventaja llegó a un tercer y último asalto, allí lo ofreció todo, cambió la estrategia y logró anotar cinco tantos a su favor… Pero con eso no era suficiente para evitar el desfavorable 8-11.
«Fue un combate difícil, no me esperaba que fuera así, ni que ese fuera el marcador final. Es un peleador que ha evolucionado mucho, ha venido con muy buena trayectoria y lo demostró ahora», dijo a la “armada” de periodistas cubanos que le esperó en la zona mixta.
Lo cierto es que Georgievski se mostró mucho más activo, aprovechó su menor estatura para “entrar” y marcar con el puño al cuerpo de un Alba que por segunda ocasión cae demasiado temprano en una cita olímpica.
El santiaguero, quien hace muy poco se coronó en el campeonato panamericano de Cancún, no se vio efectivo esta vez, apenas utilizó sus piernas para golpear y las acciones parecieron incompletas una vez que las iniciaba.
«En el último asalto uno emplea todas las armas porque ya da lo mismo perder por uno que por 10 puntos, intenté buscar mayor cantidad de técnicas para revertir el marcador y eso es algo que no puedes intentar desde el principio para evitar un fallo y que el contrario tome eso a su favor», aclaró sobre el evidente cambio de táctica mostrado en el cierre del combate.
«No me siento que haya decepcionado a nadie porque sé que cumplí en darlo todo, di todo lo que tenía en el momento, pero me tocó cargar con la derrota», confesó, aunque está claro que este es uno de los peores momentos de su carrera.
Agradeció a todos los que contribuyeron para llegar aquí, a sus compañeros de equipo, su entrenador y sus dos familias, y a todos ellos, más el público que le siguió, ofreció disculpas por no ganar y confía en la repesca.
Sobre el futuro aseguró que no es este el momento de valorar ese tema. Confesó que no solo depende de él, que serán varios los criterios a tener en cuenta y que quizás pudiera ser el momento de dedicarse un poco más a la familia, luego de tantos años empleados en el alto rendimiento.
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