La Habana.- LA DURA derrota de Cuba ante las anfitrionas en su tercer partido del I Campeonato Femenino de Futsal de Concacaf, que acoge Guatemala, significó el adiós a ese evento.
El adverso marcador de 1-9 impidió dejar una mejor imagen que la vista hasta ahora en un torneo en que parecía iban a ir de menos a más luego de caer 2-6 ante Panamá y 1-4 frente a México.
La derrota abultada ante el rival de menor nivel desata las sospechas de que probablemente la disposición estaba mellada con la imposibilidad de cumplir ya con el objetivo de avanzar más allá de la fase de grupos.
Y el resultado global, alejado del objetivo de clasificar a la primera Copa Mundial de la Fifa, deja escritos los derroteros de una disciplina que apenas da sus primeros pasos en el contexto cubano.
La necesidad de que cada provincia apueste por desarrollar la práctica de futsal entre mujeres no resulta contrapuesta a la creciente aceptación que tiene.
De la misma forma el modesto torneo que las acoge, con mucha más fuerza en la capital del país, demanda un salto organizativo y una expansión a todo el territorio nacional, a tono con la voluntad de la Asociación Fútbol Cuba de potenciar la participación de ellas en este deporte.
Una muestra de ese interés fue procurar la asistencia del mundialista Freddy Herrera al cuerpo técnico dirigido por Gregorio Morales, algo que dejó dividendos favorables evidentes durante la preparación, emanados de la experiencia como técnico y su palmarés.
Ahora bien, su presencia en la línea de coach y las incontables escenas suyas dando indicaciones provocaron efectos distintos en la aceptación: por un lado los que creen que era necesaria la asistencia y por otro los que la consideraron excesiva, sobre todo cuando no sirvió para evitar el regresar a Cuba sin conocer el éxito.
La especialización de las jugadoras deviene en otro rubro entendiendo que, a pesar de las similitudes, hablamos de dos modalidades con complejidades distintas, de ahí que el hecho de desarrollar una liga cobra más importancia.
Por lo pronto ya se abrió la puerta a los circuitos internacionales, que promete permanecer así con la creación de las copas mundiales, a las que, estoy seguro, llegarán algún día las futbolistas cubanas.
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