París.- LA TORRE Eiffel, ícono de esta ciudad, fue testigo hoy del primer éxito cubano en el voleibol de playa de los Juegos Olímpicos: Noslen Díaz y Jorge Luis Alayo no creyeron en las arenas mojadas y derrotaron 2-0 (21-18 y 21-18) a los estadounidenses Andy Benesh y Miles Partain.

Bajo una lluvia que persiste en su protagonismo, la dupla antillana se “sacudió” de un tibio arranque y terminó imponiendo su ley a base de potencia, inteligencia y garra, con Alayo como bastión casi inexpugnable en la defensa de la net.

«Eso fue parte de la estrategia, que mi compañero bloqueara y atacara más porque son sus aspectos fuertes… yo me dediqué a defender más», comentó Noslen, el más joven de la dupla, rodeado de periodistas en la zona mixta de la cancha temporal situada en el emblemático sitio.

El desempeño de la pareja cubana en su estreno dejó un muy buen sabor, de cara a los siguientes compromisos que deberá asumir en la fase de grupos. El obstáculo más cercano para continuar avanzando será el dúo brasileño Andre Loyola y George Souto, ante el que cedieron en la final de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.

«Mi compañero lo es todo, súper orgulloso con lo que siempre hace y la combatividad que impone para hacer lo que más nos gusta que es brindar un show dentro de la cancha», agregó Noslen, mientras su compañero confirmaba con gestos cada una de sus frases.

Además de conseguir el triunfo, los cubanos lograron enardecer el graderío, a partir de una remontada esculpida tanto a tanto, cuando perdían por cuatro en la manga inicial. De otro lado tenían a unos rivales de élite, y ante los que habían capitulado en enfrentamientos previos.

A fuerza de remates y bloqueos, Díaz y Alayo se metieron al público “en el bolsillo”, tanto que no resultaría exagerado afirmar que muchos de los presentes se sintieron parte de la victoria. 

«La preparación que hemos hecho desde el principio de temporada ha sido fundamental para mantener hasta ahora un alto nivel físico, mental y técnico. Además, nos gusta entregar el corazón en cada partido y esa es una parte importante», expuso Alayo, más resuelto a la hora de hablar con la prensa.

«Decidimos apretar un poco más en el servicio y cambiar la estrategia de juego a lo básico del deporte. Es decir, defender y atacar… mi compañero hizo un excelente trabajo en esto último», recalcó, interrogado sobre las claves que le permitieron concretar la remontada.

Lo cierto es que cada uno puso sobre la arena lo que mejor sabe hacer. Mientras Noslen se mostraba agresivo con servicios que llegaron a rozar los 90 km/h, Alayo se erigía como muralla defensiva firmando siete bloqueos, cuando sus oponentes solo podían detener en la net solo dos de sus ataques.

Superado el trance inicial, que siempre impone el reto de controlar los nervios, la dupla cubana está lista para brillar en un escenario tan imponente, a los pies de uno de los símbolos más famosos de esta ciudad.

«Es algo maravilloso jugar en un escenario tan inmenso, creo que es el más grande en el que he jugado. Tener un emblema como ese tan cerca, y que a pesar de la lluvia el público abarrotó las gradas… eso también motiva», reconoció Alayo.