San Salvador.- LUEGO de liderar el medallero de los juegos centrocaribeños entre las ediciones de Panamá 1970 y Veracruz 2014, nada menos que durante 44 años, por primera vez Cuba no se ha planteado la opción de dominar la cita que arranca este miércoles en la capital salvadoreña.
Se trata de un hecho llamativo tras lo sucedido en Barranquilla 2018, cuando la armada cubana manifestó su intención de extender su hegemonía regional, pero una desbordada representación de México terminó mandando con más de 130 títulos.
Obviamente, no estamos ante un hecho meramente discursivo o comunicacional. Mucho ha sucedido en los últimos lustros en el panorama deportivo regional para ir reconfigurando la balanza de poderes.
Aquellos años en que Cuba arrasaba en estas citas no existen más. De un lado está el crecimiento de los rivales, con México y Colombia a la cabeza; del otro, la disminución de resultados en varios de nuestros deportes por causas muy diversas y conocidas.
Los cálculos de Cuba dicen que México supera esta vez el centenar de coronas y manda con claridad en el medallero. También indican que su delegación y la cafetera deben luchar por la segunda plaza en el entorno de las 70-80 medallas de oro. Son estudios, análisis fríos con márgenes de movimiento en una dirección y otra.
¿Por qué el decrecimiento de Cuba? Nuestro deporte sigue acumulando años de enfrentamiento a situaciones muy complejas de índole material y financiera, desde la base hasta el alto rendimiento, a lo que se suma el “desangre” de figuras prominentes (atletas y entrenadores) listas para aportar a lo grande.
En la última etapa, de bloqueo recrudecido, sanciones adicionales, crisis económica global y pandemia, la cuestión ha sido de heroica resistencia, de ahí la elevada significación de llegar acá, de llegar con 503 atletas de 36 disciplinas, la mayoría debutantes a este nivel.
Está claro que transitar de ciclo a ciclo genera solidez a una delegación, a una generación de atletas. Renovar cada vez en alto grado indica fragilidad, aunque también que la “fábrica” sigue activa con un esfuerzo colosal y admirable.
Reconocido que no será este el momento de regresar a la cúspide, que para ello deberá trabajarse mucho y mejor todavía, se ha pedido a la delegación ganar todo lo posible y festejar del oro al bronce, pasando por las marcas, los récords y el esfuerzo. Habrá méritos en muchos lugares y hechos.
Al mismo tiempo, será la cubana una delegación de referencia. Hablamos de la más premiada en la historia de estas lides con mil 851 preseas de oro, 961 de plata y 746 de bronce. ¡Admirable!
También ha traído figuras de renombre mundial que engalanarán la fiesta: los boxeadores Julio César La Cruz y Arlen López, el luchador Luis Orta, el tirador Leuris Pupo, la judoca Idalys Ortiz, el saltador de longitud Maykel Massó, el taekwondoca Rafael Alba y otros muchos.
Finalmente, ha trasladado un mensaje admirable a los organizadores de San Salvador 2023: reconocimiento y agradecimiento por salvar unos juegos que son de todos en Centro Caribe Sports.
Cuba dará un inmenso brillo a los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023, más allá de lo que finalmente indique el medallero.
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