Taskent.- HACE dos años el nombre de Yoenlis Hernández saltó del anonimato a la élite del boxeo. Llegó como debutante al campeonato mundial disputado en Belgrado y regresó a Cuba con uno de los tres cetros de su equipo, que conquistó la cima.
Ahora incursionó como favorito en la cita concluida el domingo en Taskent y no dejó margen a las dudas. Ganó cinco pleitos ajenos a los sobresaltos y retuvo la faja de los 75 kilogramos, única en la cosecha de la Isla, completada con tres medallas de plata y una de bronce.
«He crecido como atleta, incorporando más recursos y aprovechando la experiencia acumulada desde que llegué al equipo nacional», dijo aquí el astro, quien selló su reinado con crédito de 5-0 sobre el brasileño Wanderlei Pereira, también su víctima en la capital serbia.
Dotado de herramientas como velocidad en el golpeo y los desplazamientos, el camagüeyano dio la respuesta que no ofrecieron otros consagrados como Julio César La Cruz (92 kg), Arlen López (80 kg), Roniel Iglesias (67 kg) y Lázaro Álvarez (63,5 kg).
Todos integraron el sexteto de derrotados en una ronda de cuartos de final a la que Cuba avanzó a 12 hombres tras ver interrumpida la cadena de 23 victorias consecutivas inscrita como récord para estas justas.
El trabajo de los oficiales atentó contra Julio y Roniel, y el primero de ellos vio escaparse la posibilidad de elevar a seis sus fajas del orbe, hazaña solo disfrutada por su compatriota Félix Savón (91 kg). Arlen y Lázaro no desplegaron toda la maestría que les respalda.
Lo que sucedió a cada uno tendrá que analizarlo el colectivo técnico. Con los Juegos Centrocaribes de San Salvador 2023 al doblar de la esquina y los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 convertidos en clasificatorio olímpico, las decisiones pesarán doble.
Yosvany Veitía (54 kg), el otro con lauros al primer nivel, aportó un tercer lugar que puede considerarse positivo y le colocó entre los poseedores de cuatro metales en estos certámenes, en tres categorías diferentes.
Fue la tercera ocasión en que Cuba no pasó de una corona, algo sucedido además en las versiones de Milán 2009 (1-1-2) y Ekaterimburgo 2019 (1-1-1). Costó descender del primero al cuarto lugar por naciones, después de Uzbekistán (5-2-2), Kazajistán (4-1-0) y Rusia (2-0-4).
LA IMPRONTA DE LOS DEBUTANTES
Los estrategas asumieron el riesgo que implicaba depender de siete debutantes. ¿El resultado? Cuatro de ellos subieron al podio y todos mostraron proyección hacia el futuro.
Medallas de plata de Saidel Horta (57 kg), Erislandy Álvarez (60 kg) y Fernando Arzola (+92 kg), y de bronce para Alejandro Claro (48 kg), demostraron que la confianza depositada en ese grupo tenía un sustento sólido.
No pudieron Erislán Romero (51 kg), Jorge Cuéllar (71 kg) y Nelson Williams (86 kg), pero también supieron de sonrisas en un escenario exigente y generador de tensiones hasta para los jerarcas.
Verles tutear sobre el encerado a oponentes con mucho más oficio dejó un mensaje alentador, expresión del trabajo escalonado de una escuela reconocida por jerarquizar el seguimiento a los talentos.
Aplausos para ellos y alerta para quienes dejaron sobre sus hombros una responsabilidad para la que no fueron convocados, pues como siempre explicó el entrenador jefe Rolando Acebal la misión asignada era complementar a los de mayor rango.
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