Pinar del Río.- EL REMOZAMIENTO de la Sala Polivalente 19 de Noviembre encontró, tras el paso del huracán Ian por el territorio occidental, un traspié a los esfuerzos realizados.

Ello no significó, sin embargo, que el desánimo y la desidia tomaran la instalación como presa, ni siquiera en los momentos difíciles por los que atraviesa el país. La voluntad afloró junto al apoyo del Inder y el quehacer de quienes tienen a cargo su cuidado.

Sanearlo de escombros y cristales rotos, y salvar el viejo tabloncillo del deterioro causado por el agua llegada a su interior, constituyeron la primera tarea para sus responsables, los entrenadores y hasta los deportistas.

Un torneo de futsal popular no solo alegró al pueblo pinareño en aquellos días difíciles, sino que motivó a participantes y espectadores a colaborar en la recuperación. 

«Drenar el agua acumulada sobre y bajo las tablas, y en los gimnasios, se logró gracias al trabajo de todos, sin distinción de cargos y jerarquías», contó a JIT el director de la Polivalente, Ariel Díaz Pando.

Luego faltaban las mejores galas, que emulara con sus días de gloria, según la visión de la directora provincial del Inder Dainiellys Sánchez.

«El conformismo nunca fue el camino, allí pusimos todo nuestro esfuerzo. Era un compromiso con el país, con el presidente del Inder que nos visitó más de una vez y también con el movimiento deportivo pinareño y el pueblo», apuntó.

Tras evitar que el deterioro se adueñara de la sede deportiva, comenzó un trabajo arduo de mejoramiento que pudo notarse en la reciente Liga Nacional de Voleibol 2023.

El reto demandaba un notable esfuerzo y se logró, al punto de resultar difícil imaginar los daños sufridos tras ver el lugar en que hace poco reinaron los remates, bloqueos y servicios. También para los que observan los entrenamientos de la preselección provincial de futsal que se alista para reeditar y hasta mejorar la medalla de bronce obtenida en la pasada liga nacional.

«Logramos frenar y evitar la humedad. Luego aplicamos varias capas de pintura conservante contra la acción del agua en la madera. Ya se ve el resultado y estamos satisfechos», agregó Díaz Pando.

El joven director también reconoció el apoyo logístico y expresó que la falta de recursos no resultó esta vez un gran impedimento. Por el contrario, demostró la voluntad de conservar un sitio tan importante para el deporte pinareño. 

Al público presente estos días le sorprendió gratamente el resultado del trabajo. Ernesto Valdivia, trabajador del comercio, reconoció que «uno viene a disfrutar del deporte, pero encuentra también esta Sala en condiciones que ni siquiera esperaba y eso alienta».

«Más allá del espectáculo deportivo, es muy bueno apreciar un recinto bonito y en condiciones excelentes. Reconforta mucho eso», opinó Miguel Alejandro Fuentes, estudiante de medicina y apasionado del fútbol.

Sergio Adán Hernández, subdirector de actividades deportivas en Pinar del Río, habla de la importancia de mantener las óptimas condiciones que hoy exhibe la 19 de Noviembre.

«Aquí no solo se celebran eventos deportivos, sino que se entrenan equipos de baloncesto, futsal, balonmano, voleibol y patinaje. Es un deber conservarla y velar por su estado. Eso hacemos. Aquí trabajamos todos, en campaña y sin distinción de cargos, por el sentido de pertenencia que tenemos», aseguró.

No obstante, la autocomplacencia no provoca la contemplación, todavía falta mucho por hacer. En los almacenes de la Sala aguarda un mondoflex que mejorará exponencialmente sus prestaciones.

La directora del Inder explica que todavía esperan por el papel de techo para impermeabilizar la instalación. Solo después de colocarlo podrá situarse la superficie sin que se acumule agua debajo y destruya la madera de soporte.

«La demora se debe a que el material impermeable para el techo hay que importarlo, lo que constituye un gran esfuerzo en las condiciones actuales del país. No obstante, es cuestión de tiempo que arribe a Cuba y la provincia. Y estamos en condiciones de ponerlo en tiempo récord», profundiza.

Si ahora esta Sala muestra excelentes condiciones, luego de las acciones previstas será un verdadero lujo para los pinareños. Basta desandar sus pasillos, sentarse a disfrutar en las gradas o pisar el remozado tabloncillo para entender cómo se asumió acá el viejo adagio de poner buena cara ante el mal tiempo.  

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