La Habana.- PORTUGAL ofreció un baño de fútbol a Suiza y está en los cuartos de final de la Copa Mundial de la Fifa de Catar 2022, instancia en que enfrentará a una sorprendente selección de Marruecos.

Los Leones del Atlas plantaron un muro a la selección más predecible de los campeonatos mundiales desde hace 12 años: España.

La Roja apenas cambió el repertorio tras ganar tres partidos en los últimos tres certámenes mundiales. Otra vez se encomendó a la falacia del "dominio" sin variar el resultado: un avión a casa y otro fracaso a la vitrina.

No vale escudarse detrás del supuesto control de la pelota si al rival le alcanza con poquísimo más del 20 % para disparar más veces a puerta. Tampoco puede aplaudirse el hecho de realizar más de mil pases (literalmente) y disparar una sola vez entre los tres palos.

España aburrió y Marruecos bailó rock duro con mucho menos caché. Los ibéricos no tienen un plan B porque se aferran al tiqui taca sin poder marcar en 120 minutos y tres penales. 

Señalar personalísimas culpas puede parecer estéril si no se habla antes del performance colectivo, mas Ferrán Torres alardeó de inoperancia y Gavi tuvo de "nueve" no más que el número en la camiseta... Otra gran afrenta a los depredadores de área y un motivo más para extrañar a Iago Aspas.

Marruecos no tuvo complejos para desnudar a los ibéricos desde la aceptación de sus limitaciones, evitando a toda costa imprudencias y metiendo el ritmo que no tenían sus rivales.

España dio en la tanda de penales la enésima decepción a sus fanáticos. No se trató del resultado, que también, sino de no poder meter una pelota en el arco de Yassine Bono ni con tres penales cobrados.

La diferencia estadística y práctica la hizo Portugal ante otro equipo rocoso y complicado como Suiza y sin Cristiano Ronaldo en el once inicial.

A los lusos no les hizo falta tener más del 50 % de la posesión alcanzada por los helvéticos para marcarles seis goles y dejarlos en la lona.

El aluvión de críticas sobre el técnico portugués Fernando Santos por castigar al siete en la banca, luego de protestar su decisión de sustituirle ante Corea, duró apenas 15 minutos, hasta el gol de Goncalo Ramos, sustituto de la estrella.

Y no solo marcó ese tanto, el delantero del Benfica consiguió un hat-trick y una asistencia en la goleada de 6-1, despejando los cuestionamientos sobre Santos.

Sin embargo, siendo intelectualmente justos, ni el más entusiasta y optimista de los seguidores de Ramos hubiera imaginado semejante suerte.

Portugal aplastó con su intensidad a las Navajas Suizas y uno tras otro caían los goles de Pepe, Raphael Guerreiro y Rafael Leao. Incluso Ronaldo mandó un zurdazo al fondo de la red en apenas 17 minutos sobre el campo, de remplazo, pero el asistente levantó la bandera que le delató adelantado.

Ese tanto no le hizo más falta al equipo que a él mismo en su lucha por desbancar a Eusebio como máximo artillero luso en lides mundiales. 

Por lo pronto tendrá al menos una oportunidad más ante Marruecos en cuartos de final. Ya se verá si Santos no le priva otra vez de intentarlo.

c/