La Habana.- NACIDO en noviembre pasado, el Proyecto Beisbolero Habana es esperado cada sábado por niños y niñas amantes del deporte nacional, en un municipio de la principal urbe cubana.
Esta vez le tocó organizar el festival al estadio Cardona, situado en 10 de Octubre.
Para aprender, medio millar de infantes rotan por los jardines, la media luna, la receptoría y el bullpen.
La escena asemeja un enjambre de abejas que responde a los silbatos de los “profes” que lo mismo enseñan a atrapar a un corredor en intento de robo de segunda base, que a hacer los movimientos para lanzar strike.
«El objetivo es fomentar el béisbol, crear masividad y que sirva de guía para que se repita la experiencia», dijo a JIT el máster Jesús Barroso, metodólogo de la Dirección Nacional de Béisbol (DNB).
«La clínica lleva tres momentos. En el primero rotan por todas las posiciones durante cerca de una hora; después hacen pruebas de habilidades y termina con el juego», argumentó.
Centro Habana, Cotorro, Habana Vieja, Boyeros, La Lisa, Marianao y Guabanacoa ya han celebrado la “fiesta” que involucra a familiares y amigos.
Enseñan instructores de la valía del hoy metodólogo de la DNB Rodolfo Puente, quien fuera torpedero de equipos capitalinos y del Cuba, así como mentor de Industriales. También lo hace Heriberto Corbea, su homólogo en la entidad que rige la pelota en un país de muchos reyes mundiales y olímpicos.
«En sitios como este “nacimos” la casi mayoría de los que después defendimos las franelas de Industriales y el Cuba. En esos niños que ves pueden estar los campeones de nuestro deporte en el futuro», aseguró Puente, también vicepresidente de la Federación Cubana de Béisbol.
«Es obvio que detectamos talentos. Tan solo el corrido de las bases (de 60 a 90 pies) nos da el potencial de un niño», explicó Corbea, quien en agosto precedente comandó el plantel monarca mundial de la categoría sub-15, en cita acogida por Japón.
La ex tenista de campo Amelia García, metodóloga del deporte escolar, ve muy bien que las niñas se involucren en una propuesta que proyecta extenderse al resto del país.
«La pelota nos gusta a todos. Mira esas muchachitas como atrapan y lanzan la bola. Este es un modo de desarrollar aptitudes desde edades tempranas», reafirmó.
Una de ellas, Estefany Artiles, ataviada con uniforme y gorra de Industriales, acompaña a su hermano Osmín, de nueve años.
«Quiero ser como Frank Camilo», sostuvo él. Ella, de 12 añitos, solo sonrió. No tiene ídolo pero, como casi todos los presentes, sabe que Cuba enfrenta por estos días el Clásico Mundial de Béisbol.
Fue la pelota “quien” convocó al futuro durante la más reciente mañana sabatina.
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