Matanzas.- GRANMA hizo historia con descomunal ofensiva, la misma que ha exhibido en los últimos años, solo que ahora la combinó con excelente pitcheo para por vez primera discutir una final en campeonatos cubanos de béisbol.
Su víctima fue Matanzas, el mejor elenco de la temporada, el recordista en victorias, y la doblegó en su patio, el parque Victoria de Girón, donde era prácticamente invencible.
«Lázaro (Blanco) no tuvo una buena salida en Bayamo, pero sabíamos que podía derrotarlos y por eso confiamos en que aquí, en el séptimo juego, haría su trabajo, y este es el resultado», dijo a periodistas el mánager Carlos Martí minutos después de concluido el partido con nocao 12-2 carreras en siete episodios.
«Ellos estuvieron todo el tiempo liderando el campeonato y eso los hacía favoritos, pero después de que ganamos el penúltimo juego del play off nos fortalecimos y ya vieron ustedes cómo trascurrió el partido», abundó quien anunció al refuerzo tunero Yoalkis Cruz como su serpentinero abridor para el primer juego ante el campeón vigente Ciego de Ávila el miércoles próximo.
«Por la rotación de pitcheo le toca a Yoalkis, después lo hará Entenza (Noelvis) y Blanco trabajará en el Mártires de Barbados», indicó el estratega, bronceado con los alazanes en la campaña XXVIII (1988-1989), su mejor actuación hasta que garantizaran al menos este segundo lugar.
Uno de los héroes de la jornada, el gigante Blanco, lanzador derecho que depende de su recta fundamentalmente, no llegó a las 90 millas, pues escuchó los consejos de un gran entrenador de pitcheo, el pinareño José Manuel Cortina, para enfocarse en combinar los lanzamientos y hacer del control su mejor arma para sacar outs.
«Hice lo que me corrigió en mi anterior salida, especialmente ante los bateadores zurdos, y me enfoqué en poner la bola donde más le dolía al adversario», expresó tras tolerar ocho hits, dos carreras y ponchar a tres sin otorgar bases por bolas para mantener su liderazgo de máximo ganador del campeonato con 16 victorias y cuatro derrotas.
«Ante Ciego de Ávila haré lo mismo. Fui campeón con ellos como refuerzo y los conozco. Es uno de los equipos más compactos del torneo con buen pitcheo, defensa y excelente bateo», amplió.
El jonronero de la fecha, Yoelkis Céspedes, agradeció la confianza del mentor Martí al mantenerlo en la alineación refrendada con grand slam coronador del ralling de 10 anotaciones, que en el quinto capítulo decretó la debacle de los cocodrilos en su propio pantano.
«Le di a una recta», confesó el joven jardinero, considerado de los grandes prospectos del momento.
Poco antes el derrotado mentor Víctor Mesa había declarado, totalmente anonadado, que no dirigía más a Matanzas.
«Ya acabé, comenzamos bien un trabajo que no ha concluido como esperábamos. Han sido seis años difíciles. No dirijo más a Matanzas. Me tomaré un descanso», declaró dolido por el resultado del play off que lo llevó a ubicarse tercero por cuarta vez, aunque sostuvo que antes deberá reunirse con las autoridades yumurinas para plantear su retiro.
Subtitular en par de campeonatos, el polémico Mesa descartó comandar a los Industriales como se ha rumorado, pero dejó una puerta abierta cuando le preguntaron si aspiraba a dirigir el Cuba para el Clásico Mundial de marzo.
«Si me llaman ahí estaré para ayudar en lo que sea necesario, pero si hasta ahora no han seleccionado a un director, por mí pueden poner a cualquiera. Después de este resultado pueden poner al que gane el campeonato», abundó.
El sexagenario Mesa desmenuzó el porqué de su revés dominical en desafío inolvidable después de implantar récord de 70 triunfos para una campaña clasificatoria de 90 juegos.
De tal modo concluyó la "victormanía" vivida durante más de un quinquenio por seguidores de los cocodrilos, varios de los cuales abandonaron defraudados el parque Victoria de Girón sin verlos escalar a lo más alto del podio con el nombre de Matanzas.
«Él nos hizo creer en que era posible. Nos sacó del sótano. Creímos que podíamos disfrutar lo que hicieron Citricultores en 1983-84 y Henequeneros con Sile Junco después en par de campeonatos en el 90 y 91, pero todo se derrumbó. No vengo más a la pelota», espetó molesto un octogenario aficionado.
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