Foto: Mónica Ramírez

La Habana.- COMO en todo resumen de año hay bueno y malo, metas cumplidas e insatisfacciones, pero el atletismo cubano tiene motivos para enfrentar con optimismo un 2016 de Juegos Olímpicos en Río de Janeiro.

Con los ecos de la preciosa gala por los 110 años de su práctica en la isla todavía resonando, el comisionado nacional Jorge Luis Sánchez aceptó un recuento sobre la campaña que despedimos y adelanta propósitos para el entrante.

Aseguró que los análisis técnicos avalan el criterio de un buen 2015, no exento de problemas, pero con metas conseguidas.

«De manera general evaluamos de positivo el desarrollo del atletismo este año, cuando participamos en 72 competencias internacionales y obtuvimos 52 medallas de oro, 40 de plata y 26 de bronce», expone a modo de ilustración estadística.

Un Campeonato Mundial de mayores marcado por el reencuentro con las coronas, unos Juegos Panamericanos por debajo de lo esperado y la cita del orbe entre cadetes constituyeron los momentos cumbres del período, también caracterizado por múltiples apariciones en la Liga del Diamante y mítines internacionales.

«Como se sabe en Beijing terminamos con dos oros y una plata, y nos ubicamos en el lugar 10 por medallas entre 206 países, cumpliendo los objetivos que propusimos», sostuvo sobre la cita del orbe donde la pertiguista Yarisley Silva y la discóbola Denia Caballero celebraron liderazgos.

El subtítulo quedó entonces en manos del triplista Pedro Pablo Pichardo, igualmente merecedor de elogios por sobrepasar los 18 metros en una campaña que le vio convertirse en el primer cubano y cuarto hombre capaz de esa hazaña.

Como elemento en contra resaltó las pocas llegadas a finales en un certamen regido por tabla de puntos tributados por los ocho primeros de cada especialidad.

«El principal problema sigue siendo que muchos de nuestros atletas no logran el mejor resultado en la competencia fundamental, y estamos trabajando seriamente en eso con los entrenadores», confirmó.

El fenómeno se evidenció antes en Toronto, donde fueron cinco los campeones y no ocho como previeron.

«Atletas que debieron ser medallistas allí alcanzaron la forma deportiva antes, cuestión que hemos estado analizando desde el punto de vista del desarrollo técnico», recalcó Sánchez.

De regreso a los saldos positivos reconoció fortalezas de áreas como el disco femenino, el triple salto masculino y las vallas cortas, también de hombres, así como la longitud masculina, sólida por la joven cantera de que dispone.

El jovencito Maikel Demetrio Massó, monarca del orbe entre los menores de 17 años, es la principal promesa en esa especialidad, conocida por sus históricos buenos resultados.

«Otra de satisfacción es la reserva con que contamos, porque disponemos de un grupo que tuvo destacada actuación, tanto en el panamericano juvenil como en el mundial de cadetes.

»Además, en la selección que hicimos este año para el equipo nacional todos están ubicados entre los 16 mejores del mundo en sus especialidades, lo que confirma que hay una buena cantera para enfrentar los próximos ciclos olímpicos», reconoció.

En referencia a la temporada que comienza con las llamadas citas invernales y que tendrá mundial en sala techada en marzo adelantó que deben estar involucradas especialidades como la garrocha, los mencionados saltos triple y largo, las vallas cortas y los 800 metros para féminas.

«Al mundial debemos asistir con una cifra de entre ocho y 10 atletas aproximadamente», aseguró sobre la cita convocada del 17 al 20 de marzo en Portland, Estados Unidos.

Para el compromiso mayor, los Juegos Olímpicos, indicó que suman 71 los involucrados en la preparación y que como en anteriores ocasiones la comisión local fijó marcas más exigentes que las solicitadas por la federación internacional.   

«Las nuestras se basan en registros aptos para ser medallistas o finalistas, que es el objetivo», enfatizó antes de reiterar que ya son 21 los cubanos dueños de los parámetros internacionales, y 13 de ellos cumplen lo pactado en el ámbito doméstico.