Foto: Mónica Ramírez
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La Habana.- AUNQUE solo comienza a transitar un camino que sabe largo y colmado de exigencias el santiaguero saltador de longitud Maikel Demetrio Massó ya satisfizo algunas metas propuestas.
Adueñarse de la tercera mejor marca de la historia entre los menores de 17 años (8,12 metros), proclamarse campeón mundial entre cadetes (8,05) y asistir a su primera cita del orbe para mayores le marcaron en un 2015 rumbo a un curso escolar convertido en su segunda temporada en la preselección nacional de atletismo.
Delgado y muy tranquilo para sus 16 años, habla con mucha seguridad de lo que desea, y dicen quienes le rodean que es un muchacho responsable y disciplinado, cualidades llamadas a ayudarle en el futuro.
Entrenado por Juan Gualberto Nápoles, ya planea cambios para un 2016 en que quisiera asistir a los Juegos Olímpicos de Río, aunque por lo pronto se ocupa de cumplir paso a paso todo lo que pudiera llevarle a esa urbe.
«Tengo muchos retos, el mayor ser campeón mundial de mayores, como ya hice de cadete, porque también quiero llegar a ser el número uno olímpico…», comenta en un aparte con JIT desplegando las motivaciones que le animan cuando enfrenta el foso de arena.
«Cali fue una experiencia que nunca se me va a olvidar, fue grandiosa. Estuve en una conferencia de prensa antes de la competencia y dije que iba a darlo todo para ser campeón, que iba por la medalla de oro, y salió… Fue maravilloso, tenía deseos de llorar aunque no me salían las lágrimas. Poco a poco he ido cumpliendo los sueños de mi papá», recuerda sobre lo vivido en el último verano.
Porque fue su padre Demetrio, corredor de 400 metros, el encargado de vincularlo al deporte y su principal inspiración ahora que comienza a vencer objetivos, incluido el de asistir al certamen universal de Beijing en agosto pasado.
«Supe controlarme en un estadio tan grande. Fue increíble, pero me llamé a competir como si estuviera en Cuba. Ver a los grandes saltadores impresiona, pero me concentré bien y lo hice en mi rango», dice sobre los 7,70 metros que no le dieron acceso a la final.
«El futuro será mejor, estoy seguro», confía Maikel, quien tiene a Iván Pedroso como faro. «Me gusta la forma en que saltaba, de hecho comenzaré a trabajar con mi profesor para hacer dos “bicicletas” y media como él para mejorar las marcas», explicó sobre el trabajo más cercano.
Aseguró que tiene buena velocidad, fuerza en el despegue y el vuelo, pero tendrá que trabajar más en la caída, y pese a ser un saltador técnico reconoce que es algo a mejorar permanentemente. «De hecho me falta un mundo, pero soy técnico», aclara sin prejuicios.
Apenas soporta los tramos de preparación general en los que tiene que correr “más de la cuenta”, sin embargo se motiva con los de velocidad, que encara en los tests pedagógicos, y no descarta correr oficialmente los 100 metros.
«Creo que este año voy a practicar más la velocidad, tengo en 100 un crono manual de 10.59 segundos, pero nunca me han marcado electrónico», adelanta.
Por lo pronto enfrenta una nueva campaña, disfrutando los éxitos más recientes, pero convencido de que su fin está en el conseguido por las estrellas con las que tiene la oportunidad de compartir.
«Llegar a La Habana me permitió estar junto a grandes figuras como Leonel Suárez, Yarisley Silva… me emocionó conocer a Yipsi Moreno, y eso me enseña a ser como ellos», confiesa ya en la despedida. bystolic discount coupon daliresp patient assistance lilly coupons for cialis go prescription drug cards
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