La Habana.- LAS LUCHAS deportivas vivieron en Cuba, durante 2021, otra temporada de éxitos al más alto nivel.

No fue una campaña perfecta, pues faltaron tradicionales lides nacionales e internacionales; muchos gladiadores jóvenes vieron afectadas sus preparaciones y por tanto su desarrollo; y también se extrañó la presencia de los nuestros en ligas profesionales allende los mares, sobre todo en la bundesliga alemana.

Sin embargo, será una temporada inolvidable por varias razones… Ante todo por la gesta del grequista Mijaín López, convertido en tetracampeón olímpico a los 39 años de edad, en un hecho sin precedentes en los estilos varoniles de este deporte a nivel global.

Tras colgarse el oro de Tokio 2020, el Gigante de Herradura continuó cosechando triunfos a lo largo del año… La Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (Acno, por sus siglas en inglés) le entregó su premio al mejor perfomance deportivo; y además triunfó en las encuestas para mejor atleta masculino de Cuba y Latinoamérica, esta última por vez primera.

Aunque para muchos era un hecho su despedida de los colchones tras la actuación en la capital nipona, el pinareño lo ha pensado mejor y al menos pretende asistir a los Juegos Centrocaribes de San Salvador y los Panamericanos de Santiago de Chile, ambos en 2023.

La decisión de llegar o no hasta los Juegos Olímpicos de París 2024 la tomará más adelante, según responda su organismo a las cargas de entrenamiento y de acuerdo a cómo se mueva el universo de rivales.

En cuanto a Tokio 2020, las luchas aportaron el segundo mayor equipo de la delegación con 12 clasificados, solo superadas por el atletismo con 18.

Ya sobre los colchones del Makuhari Messe Hall A, Mijaín (130 kg) y Luis Orta (60 kg) se encargaron con sus coronas de que Cuba reinara en el estilo clásico, como hace cinco años en Río de Janeiro 2016; y poco después Reineris Salas (97 kg) aportó una medalla que impidió al estilo libre irse en blanco.

Dos actuaciones por debajo de lo esperado nos marcaron en el evento tokiota. El rey olímpico y mundial entre grequistas, Ismael Borrero, no llegó a la disputa de las preseas; y lo propio le sucedió al medallista del orbe Aljandro Valdés, un librista del que se esperaba esta vez la clarinada bajo los cinco aros.

Los títulos de Mijaín y Orta mantuvieron a las luchas como único deporte aportador de títulos olímpicos a Cuba, de forma ininterrumpida, desde Barcelona 1992. Se dice fácil, pero constituye una verdadera hazaña.

La otra gesta del año tuvo como protagonistas a los más bisoños gladiadores del país. Primero se clasificaron en todas las divisiones (18) para los I Juegos Panamericanos Júnior, durante un certamen clasificatorio disputado en México.

Después, en la ciudad capital del Valle del Cauca, consiguieron nueve coronas, tres metales de plata e igual cifra de bronce. Entiéndase que el 50% de su nómina volvió a casa con premios áureos y que el 83% subió al podio. Se trató del equipo más efectivo de la delegación.

Calidad a raudales en la lista llevada a Cali, lo que confirma el futuro de este deporte en la Isla.

Entre libristas indudable la calidad de Osmany Diversent (57 kg) y Arturo Silot (97 kg); entre féminas otra vez brilló Milaymis Marín Potrillé (76 kg), quien sumó su corona continental a la olímpica de la juventud en Buenos Aires 2018 y a la mundial sub-23 en Budapest 2019.

En el estilo clásico, nuestro plato fuerte de siempre, sobresalieron cuatro hombres llamados a crecer en las venideras campañas: Jeisser Sampson (130 kg), Yonat David Veliz (67 kg), Alaín Andrés Moreno (77 kg) y Yan Luis Algudín (87 kg).

La campaña 2021 ha dejado resultados concretos y muchas esperanzas de cara al futuro. Las primeras semanas de 2022 nos dirán cómo se recomponen las selecciones nacionales y si será posible desarrollar todo el calendario previsto, covid-19 de por medio.

El punto culminante de la temporada será el certamen mundial de Belgrado, en septiembre, al cual Cuba debe asistir con representación en los tres estilos olímpicos.