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Santiago de Chile.- INSPIRADA en la araucaria araucana, árbol milenario y símbolo natural de Chile, Aruco es la mascota oficial de los VI Juegos Parapanamericanos Juveniles, que se desarrollan aquí y otras localidades del país sudamericano.
Representa el espíritu del deporte paralímpico juvenil: resistencia, identidad, inclusión y esperanza.
La primera mascota dedicada a la discapacidad visual en un evento deportivo internacional fue diseñada para conectar con niñas, niños, jóvenes y toda la comunidad, señala el sitio oficial de la cita.
Aruco encarna el alma de esta lid continental, que desde el 31 de octubre reúne a más de 800 paratletas de 28 países y tendrá acciones jasta el nueve de noviembre en esta capital y en la región de O´Higgins.
Nace del corazón del sur de Chile. Como toda araucaria, ha crecido en condiciones exigentes, aferrada a sus raíces y siempre proyectada al futuro.
Con energía positiva, actitud resiliente y profunda conexión con la naturaleza, invita a confiar en nuestras capacidades y a celebrar la diversidad.
Este personaje no solo representa a Chile como país sede, también simboliza el crecimiento del deporte adaptado en América y el legado que los juegos dejarán en miles de jóvenes.
Aruco fue protagonista de una acción simbólica y territorial: la plantación de una araucaria en cada localidad sede de la justa, gesto que aplaude el compromiso con el medioambiente, el crecimiento del paradeporte juvenil y el espíritu de descentralización.
La araucaria es un árbol sagrado para el pueblo mapuche y declarado Monumento Natural de Chile. Puede alcanzar hasta 50 metros de altura y vivir más de mil años.
Su lento, pero sólido crecimiento, la convierte en símbolo de fortaleza, permanencia y respeto por el entorno, y tal como se proyectan los atletas, la florece con perseverancia, arraigo y orgullo.
Aruco, creada por una joven de Chépica, una de las comunidades de la provincia de Colchagua, región de O´Higgins, es un emblema de inclusión, resiliencia y esperanza.
En uno de sus mensajes inclusivos expresa que «no veo con los ojos, pero siento con el corazón, represento a los paratletas juveniles de todo un continente, que llegaron a Chile para demostrar que los sueños también echan raíces».
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