Ciudad de Panamá.- ASÍ QUERÍA ver toda Cuba a una selección nacional de beisbol, cualquiera sea la categoría: combativa, sin darse por vencida, aun cuando le quedaba un inning y perdía por tres carreras.
Así se portaron los muchachos de la Mayor de las Antillas para superar 5x4 a México en la disputa de la medalla de bronce en el campeonato panamericano sub-23 años, que además significaba la clasificación para el certamen mundial, paso no disfrutado desde el 2021.
Desde José Ignacio Bermúdez, quien en la noche del viernes tuvo un fatídico sexto inning, solicitándole la pelota para abrir el crucial partido, pasando por el bate más caliente del grupo, el de Raider Sánchez, hasta el sensacional relevo de Yunier Batista, el elenco a las órdenes de Danny Miranda fue todo coraje.
"Pedí la bola, por vergüenza, porque no podía quedarme con la imagen del día anterior. El equipo no se merecía esto. El objetivo era caminar el juego, y aunque en el cuarto capitulo nos falló tácticamente la defensa, costándonos cuatro carreras, sabía que mis compañeros no dejarían de pelear", dijo emocionado Bermúdez.
"Estoy bien al bate, solo tenía que concentrarme en que las bases estaban llenas, y que era el hombre que podía empatar el choque. Quería ese momento, lo deseaba, y cuando me llegó no podía fallar, ni por mí ni por mi equipo, que nunca ha dejado de confíar", dijo Raider, quien con sus 19 años parece un consagrado.
Su doble contra las cercas del jardín central empató el juego a cuatro en el final del último acto. Sin embargo, no se pudo anotar, para presionar a la plantilla mexicana a consumir el séptimo abajo en desventaja.
Pero en la lomita se había encaramado el mismo Batista que se echó arriba a su Ciego de Ávila en la pasada Liga Élite, y ahora repitió protagonismo con el equipo Cuba, al firmar los dos últimos ceros, con una velocidad que le marcó hasta 93 millas por hora en las pistolas de los expertos presentes en el estadio Mariano Rivera.
"Asumí aquí el rol que me dieron, el de cerrador, y me preparé para ese trabajo de uno o dos innings. Cuando Raider empató el juego, me dije, yo soy el brazo que necesita mi equipo. Me llamaron y salió el trabajo. Estoy muy feliz por haber cumplido con el resto de los peloteros, con mi director, con mi pueblo, y con mi familia, que nunca ha dejado de apoyarme y a la que le dedico cada lanzamiento", aseguró Batista.
Con el juego empatado a cuatro y un out, Yuliekis Remón elevó largo a la pradera derecha, para impulsar la decisiva en las veloces piernas de Leonardo Alarcón.
También hay que ponderar los dos episodios cubiertas de relevo por el zurdo pinareño Randy Martinez, a pesar de algunas molestias en su brazo de lanzar; y a Cristian Rodríguez, crecido con el campeonato, a fin de mostrar porqué juega en la liga japonesa. Sus seguras manos se unieron a su bate, ya efectivo cuando más hacía falta.
Este equipo cumplió su objetivo de clasificarse al mundial, para que el beisbol cubano sellara su presencia en las lides del orbe de todas las categorías.
"Te dije antes de salir que veníamos a estar en la final. El juego contra Panamá se nos fue en un inning, y también por el buen trabajo de su pitcher abridor. Sin embargo, los jugadores no dejaron de pelear, y frente a México, los viste, no se vieron perdidos ni cuando estuvimos abajo 0-4 en la cuarta entrada.P
Por eso me siento feliz, por la manera en que lucharon, te dije que se veía un plantel aguerrido desde que comenzamos a entrenar, a inicios de septiembre", afirmó Miranda.
"Pero lo que hicieron aquí rebasó todas mis expectativas, y partió de la unidad de ellos con el colectivo técnico. Tengo que felicitarlos por la disciplina, y al grupo de profesores hay que hacerle un monumento por su sacrificio y su consagración".
Sus palabras abarcan a lo que en Panamá fue la familia Cuba, la del beisbol, la de la identidad nacional y patrimonio cultural.
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