La Habana.- MANTENER el ritmo de habituales torneos en el calendario anual y la participación de las principales figuras en certámenes internacionales, además de redoblar el trabajo en la base aparecen entre las prioridades futuras del ajedrez en Cuba, que cierra una temporada con la deuda de no haber cumplido las expectativas en la más reciente olimpiada.
Como es tradición, el torneo Capablanca in Memóriam centró la atención en el plano doméstico, esta vez con el atractivo añadido de la participación del ucraniano Ruslan Ponomariov.
Aunque el excampeón mundial dominó sin contratiempos el grupo Élite, la afición de casa disfrutó de las buenas actuaciones del camagüeyano Carlos Daniel Albornoz y el avileño Luis Ernesto Quesada, quienes completaron el podio, en ese orden.
El prestigioso certamen, que asumió hace varios años un formato de festival, contó para la ocasión entre sus invitados especiales a la artista de la plástica española Nistal Mayorga, quien “paseó” por la Isla su colección de retratos al óleo de los reyes mundiales del Juego Ciencia.
Los espacios ocupados por los apartados abierto, de veteranos y el que reunió a las categorías infantiles, también acapararon miradas por su nivel y rivalidad para satisfacción de jugadores y aficionados reunidos en la capital cubana.
El torneo internacional Guillermo García in Memóriam, otra de las paradas habituales en el calendario, compartió protagonismo en su habitual sede de Villa Clara con la justa centroamericana para mujeres, otro éxito gracias al esfuerzo de sus organizadores.
Con similar entusiasmo se convocaron desde varias provincias otras interesantes lides con disímiles formatos que, a pesar de los reducidos presupuestos disponibles, ofrecieron alternativas de competencias muy necesarias para el crecimiento de los jugadores en la Isla.
A nivel internacional, los mejores exponentes del país tuvieron durante el mes de septiembre su más importante reto, con la incursión en los segmentos abierto y femenino de la Olimpiada de Ajedrez de Budapest 2024.
Al final de la magna justa el resultado colectivo no estuvo a la altura de lo esperado. Las discretas ubicaciones -lugar 46 en el apartado sin distinción de sexo y el 55 entre las mujeres- marcaron la sensación de inconformidad, aunque merecieron elogios algunos desempeños individuales.
El vigente monarca nacional Luis Ernesto Quesada, el villaclareño Elier Miranda y la pinareña Yerisbel Miranda resultaron los más destacados, sobre todo esta última, quien movió piezas en las 11 rondas y aportó 7,5 puntos a la causa, aunque eso no impidió que dejara en la ruta 20 puntos de su Elo.
La estabilidad en ese coeficiente también “golpeó” a Albornoz –líder del ranking cubano–, al no poder mantenerse por encima de las 2600 unidades alcanzadas en la primera mitad de la temporada.
Uno de los saldos más favorables en 2024 lo dejó el trabajo desplegado con los niños desde el Centro de Estudios de Ajedrez Isla, institución dirigida por la Gran Maestra Vivian Ramón comprometida con la identificación y desarrollo de los más jóvenes talentos.
Torneos en vivo o vía online, clases impartidas para grupos divididos por edades y nivel de aprendizaje, superación para árbitros o profesores de la base, forman parte del amplio espectro de actividades que desarrollan en beneficio del Juego Ciencia en el país.
|