París.- LOS JUEGOS Olímpicos que durante más de dos semanas han regalado sus emociones al mundo desde esta ciudad transitan por su recta final, y más allá de los resultados, muchos se preguntan cómo terminará la magna fiesta deportiva que comenzó de una forma peculiar.

Saldada con nota sobresaliente la apuesta de descorrer la cortina de los Juegos fuera de un estadio y llevarla hasta el río Sena, la gran interrogante gira en torno a si la ceremonia de clausura, con el Estadio de Francia como escenario, estará a la misma altura…

Para la ocasión Thomas Jolly se plantea convertir el recinto en una gigantesca sala de concierto por la que desfilarían grandes estrellas de calibre mundial –se habla hasta de Taylor Swifft–, aunque la lista no ha pasado de la mera especulación. Lo que sí parece un hecho confirmado es que será el actor estadounidense Tom Cruise el encargado de la transición de París 2024 a Los Ángeles 2028.

De acuerdo con varios medios locales, la estrella de la saga de Misión Imposible llevaría la bandera olímpica hasta la ciudad estadounidense en una escena que combinaría la realidad con escenas virtuales en una secuencia que acabaría en el afamado cartel de Hollywood en las colinas de esa urbe californiana…

Sin embargo, no son pocos a los que les preocupa qué pasará después del punto final. Muchos parisinos se preguntan si de cara a su futuro valió la pena que la ciudad se embarcara en la aventura olímpica, con fama de dejar tras de sí un rosario de inconvenientes económicos y sociales. Es lo que se conoce como legado.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 sucedieron a una edición sumamente onerosa, pues la de Tokio 2020, en buena medida por su realización en medio de la pandemia de covid-19, dejó un profundo agujero en términos económicos. El presupuesto inicial de unos 6 800 millones de dólares terminó cerrando en torno a los 13 000, mientras que los ingresos quedaban en apenas 5 901, apuntan las cifras oficiales…

Aunque durante mucho tiempo los estudiosos han señalado la celebración de los Juegos Olímpicos como una mala inversión, esta vez la historia apunta a ser diferente. Los presupuestos de París 2024 fueron fijados en 4 380 millones de euros, y los ingresos inmediatos proyectados en diferentes rubros los convertirían en un certamen de su tipo excepcional, por su superávit económico.

Según un estudio independiente encargado por el Comité Olímpico Internacional (COI) el Centro de Derecho y Economía del Deporte (CDES), de la Universidad de Limoges, la actual justa dejará entre 6 700 y 11 100 millones de euros en beneficios económicos netos para la región de París. El cálculo se basa en el impacto para los ciclos de preparación, puesta en escena y legado -de 2018 a 2034- de la inyección externa de recursos económicos dentro de la región, que no hubiese sido posible sin la celebración de los Juegos…

Entre los más importantes rubros dentro de ese beneficio estaría el turismo. Poco antes de encenderse el pebetero la Oficina de Turismo de la capital francesa estimó que los turistas gastarían en medio de los Juegos unos 2 600 millones de euros, con o sin boletos para presenciar las competiciones.

Pero si todo sale como se ha planificado, los Juegos de París 2024 pudieran dejar muchas experiencias recomendables para las futuras ciudades candidatas. Por ejemplo, los organizadores se propusieron garantizar que los 5 000 millones de euros en contratos beneficiaran a todo el tejido económico y a todas las empresas, en particular a las más pequeñas. Por eso, alrededor del 78 por ciento de los proveedores de París 2024 son pequeñas y medianas empresas, lo que se traduce en más de 500 empresas locales de la economía social y solidaria.

También aprovecharon la oportunidad para elevar el perfil de las empresas locales a nivel mundial, ya que el 90 por ciento de los proveedores de servicios del comité organizador son franceses…

Por ahora los números parecen apuntar a la dirección correcta. Sin embargo, habrá que esperar algún tiempo para tener certezas sobre si París 2024, después de superar el enorme reto organizativo, también remontó con buena nota el desafío económico. En su estudio, el CDES aclara que el 84 por ciento del impacto calculado cierra con la celebración de la justa, y que el restante corresponde a la fase de legado, que abarcará la próxima década.

Sus proyecciones están sustentadas en las directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicadas en julio de 2023, «para ayudar a los organizadores de eventos deportivos, empresariales y culturales a nivel mundial y a sus partes interesadas a monitorear, medir y evaluar los beneficios sociales, económicos y ambientales de sus eventos, utilizando una metodología sólida y basada en evidencias»…

Al parecer, los parisinos parecen felices con sus Juegos, después de superadas las “incomodidades” previas a su inauguración. No obstante, quienes pudieron salieron en estampida de la ciudad, huyendo del caos de calles cortadas, servicios saturados y un ritmo más acelerado que lo habitual.

Por lo pronto, el gobierno francés ya anunció que, una vez concluida la fiesta deportiva, llevará a cabo un estudio utilizando la misma metodología. Solo entonces sabremos si para París los Juegos fueron un buen negocio.