Santiago de Chile.- JULIO César La Cruz incrementó hoy la grandeza de su leyenda al convertirse en el primer tetracampeón del boxeo en juegos panamericanos, un día después de conquistar plaza para la cita en que buscará elevar a tres sus reinados olímpicos.

Mientras miembros de su delegación y buena parte del público coreaban su nombre, el cubano celebró el veredicto de 4-1 que le decretó vencedor del brasileño Keno Machado en la final de los 92 kilos de la fiesta continental organizada en la capital chilena.

Hizo su habitual saludo militar, bajó del mismo encerado donde antes su compañero Saidel Horta (57 kg) quedó en plata como consecuencia de una polémica decisión, y saludó a los presidentes del Inder, Osvaldo Vento; el Comité Olímpico Cubano, Roberto León Richards; y Panam Sports, Neven Ilic.

Minutos después entonó con fuerza el himno de la patria desde el centro de un podio que permitió recordar sus dominios en Guadalajara 2011, Toronto 2015 y Lima 2019, todos en los 81 kilogramos, división en la que atesoró cuatro de sus cinco cetros universales.

Tuvo tiempo para atender las múltiples solicitudes de fotos y autógrafos devenidas expresión de las simpatías que generó en el Centro de Entrenamiento Olímpico y respondió no pocas interrogantes de los periodistas reunidos en la zona mixta.

La pelea con que selló este capítulo de su laureada carrera mostró a un rival exigente y se definió en el último asalto, porque los oficiales fallaron 4-1 por él en el primero y emitieron igual valoración por el sudamericano en el siguiente.

Solo que uno le vio perder ambos tramos y eso complicó las cosas para el ídolo de Camagüey, necesitado de la reacción que se regaló en el conclusivo, para que el europeo y los restantes encargados de juzgar terminaran por inclinar la balanza a su favor.

«Contento por haber respondido a mi condición de abanderado», dijo a JIT en diálogo en el que insistió en dedicar la medalla «al pueblo de Cuba, a mi mamá, a mi familia y a todos los que han hecho posible que esté hoy aquí».

Consciente de que este paso también le sitúa como único ganador de los más importantes lauros de su deporte en dos categorías diferentes, el astro tuvo palabras de elogio para «todos los entrenadores que han estado conmigo», y citó entre otros a Raúl Fernández y José Amador.

Consideró que fue un buen combate, en el que siempre se sintió bien, y aunque no coincidió con la mirada de los jueces, enfatizó en el significado del desenlace como premio al esfuerzo realizado y motivación rumbo a París 2024.

Y a propósito de cuestionamientos a la labor de los oficiales, estos se desataron tras el 5-0 contrario a Horta ante el estadounidense Jahmal Harvey, monarca universal de 2021.

El muchacho de Cienfuegos volvió a mostrarse sólido en el trabajo desde afuera, pero los tres jueces que le vieron dominar el primer acto consideraron lo contrario en el intermedio y todos apostaron por el norteño en el del adiós.

Eso a pesar de que Horta se hizo sentir con fuerza en el segmento número dos, a base de entradas y salidas, movimientos de piernas y velocidad, mientras su oponente entraba reiteradamente con la cabeza, hasta provocarle una herida en el pómulo izquierdo.

Pero el joven subtitular del orbe está negado a que el revés empañe la alegría asociada a un buen desempeño. Vuelve a casa con el cupo olímpico y confirmado en su capacidad de pasar sobre las adversidades, como sucedió tras ceder en la cita centrocaribeña de San Salvador.

«El objetivo no se logró en su totalidad, pero voy a disfrutar lo alcanzado, dispuesto a seguir entrenando, enfocado, con mucha disciplina, que es imprescindible, y listo para nuevas batallas», sentenció.

Cuba tendrá en la noche otra opción de cetro con el bicampeón olímpico Arlen López (80 kg), retado a superar al brasileño Wanderley de Souza Pereira, segundo en el concurso mundial de la actual temporada.