La Habana.- NACIDA oficialmente el 30 de junio de 1967, la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Cerro Pelado (ESFAAR) llegó a su 50 cumpleaños en medio de un proceso de remozamiento que prevé devolverle las comodidades de antaño y agregarle otras nuevas.
Aunque acogió a deportistas tras los históricos Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Juan, Puerto Rico, en 1966, y tomó su nombre del buque que transportó a aquella delegación, el último día de junio fue la fecha fijada para su inauguración oficial.
El antiguo Círculo Social Obrero de la Construcción, ubicado en el cuadrante de las calles 100, Perla, Embil y 14, del hoy municipio Boyeros, fue escogido para crear la que sería con el tiempo la instalación más importante del deporte cubano.
A partir de ahí comenzó una historia de cientos de medallas —olímpicas, mundiales, panamericanas, centrocaribeñas y otras— forjadas con el aporte de atletas, entrenadores, directivos y demás trabajadores, y con la inspiración permanente del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
El paso del tiempo y el déficit de mantenimientos y reparaciones, causado por la falta de recursos, exigieron verdaderos “malabares” para mantener activo el centro.
Sin embargo, por estos días el ajetreo constructivo es intenso. Y la obra del momento es el ala izquierda de la residencia, que garantizará 64 habitaciones muy confortables para las féminas más prominentes de los deportes allí asentados. Ese hotelito fue erigido para los Juegos Panamericanos de La Habana 1991.
Otras instalaciones como la nave de baloncesto deberán esperar el momento de su intervención, que incluirá reparar su techo y después colocar un tabloncillo nuevo.
Atletas, entrenadores y otros trabajadores están conscientes de los problemas económicos, y agradecen la preocupación de los directivos por resolver inconvenientes y brindar las mejores atenciones posibles.
RECUERDOS DE UN “CASI” FUNDADOR
A Ángel Torres Bazán lo encontramos subido en un andamio pese a sus casi 69 “abriles” en el oficio de albañil. Se trata de uno de los muchos acostumbrados a cuidar y reparar el lugar, su quehacer diario desde hace más de cuatro años, cuando pasó a desempeñarse en labores de mantenimiento.
«Entré aquí en octubre de 1967, como parte de la preselección de atletismo en la especialidad de marcha. La idea inicial era prepararnos para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Panamá en 1970, en los que participé y ocupé el cuarto lugar», dijo a JIT durante un descanso.
«Solo existía, como parte del Círculo Social, la nave principal con el comedor, la piscina, el globo y las canchas. Después se hicieron gimnasios para los distintos deportes. Los albergues estaban en los edificios aledaños», recordó quien ha vivenciado el camino de muchas estrellas.
«Aquí estaban todos los deportes, excepto boxeo, remo y béisbol. El centro fue creciendo poco a poco hasta que con los Panamericanos de 1991 llegó todo su esplendor. Siempre se ha trabajado por ciclos olímpicos, de cara a las competiciones principales, lo que ha generado altas y bajas en las labores constructivas y de mantenimiento», aseguró quien dejó el deporte activo en 1976 y pasó a desempeñarse allí mismo como operador de audio y video.
Para Ángel hay otras condiciones que mejorar como el transporte, pero se declaró optimista porque corren tiempos de hacer buenas cosas.
LO HECHO Y LAS PRETENSIONES
La Residencia Cerro Pelado en que se acaban de renovar 64 habitaciones, dotadas de gran confort, televisores digitales de 32 pulgadas, muebles y baños de primera calidad, aires acondicionados y muchos otros detalles, es símbolo del empeño de muchos para llevar a un nivel superior esta ESFAAR.
«Esas facilidades se complementan con señal por cable en los televisores e internet para los teléfonos, lo cual permite a los atletas comunicarse con sus familiares», explicó el director de la institución Wilmer Lewis Calvo.
Además expresó que faltan otras etapas que darán por concluida la cocina-centro de elaboración, la cafetería, el restaurante, las oficinas y demás comodidades.
«Esas acciones podrían realizarse como saludo al 19 de Noviembre, Día de la Cultura Física y el Deporte», especificó. Y respecto al ala derecha del edificio, que agrupa un total de 68 habitaciones —cuatro de ellas para discapacitados— argumentó que quedarán para el próximo año.
Lewis, exbalonmanista al frente de la Escuela desde el 2013, habló del amplio plan en marcha que incluye la cultura ambiental y acciones en varios de los nueve centros subordinados, como el de hockey sobre césped en Santiago de las Vegas, el de fútbol en el estadio Pedro Marrero, el aledaño de gimnasia y el de remo en Caimito.
«Ya se inauguró la pista del patinódromo en el complejo Raúl Díaz Argüelles y se trabajará después en el edificio principal. También esperamos transformar para bien muchas áreas de la Escuela Nacional de Voleibol», destacó.
El directivo recalcó la voluntad de incrementar los trabajos, gracias al aumento del presupuesto en casi un 50 % respecto al asignado el pasado año. Para más adelante ratificó los sueños de rescatar la piscina y el gimnasio de balonmano.
La meta es que los 20 deportes que tienen en el Cerro Pelado su cuartel general, lo que se traduce en varios cientos de estudiantes, profesores y trabajadores, continúen en el camino de tallar medallas y alegrías para nuestro pueblo.
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