Foto: Periódico la Demajagua

La Habana.- CON BRAZO que nadie ha igualado en el short stop en Cuba y un bate caliente en el equipo Mineros de la década de los 70, Agustín Arias dejó de existir hoy como consecuencia de penosa enfermedad.

“Tingo” Arias para sus amigos, integró la delegación del buque Cerro Pelado a Puerto Rico en 1966, brilló en veces al bate, dobletes y triples conectados, doble play efectuados y asistencias realizadas.

En uno de sus encuentros, el mejor paracortos cubano de los últimos cinco años, Yorbis Borroto le pedía asesoría para tirar desde el “hueco”.

«Ponle potencia y movimiento, porque nunca puedes olvidar que hay técnica que está a tu favor», le expresó quien sentó cátedra con un “machete” envidiable del que pueden dar cuenta rápidos de entonces como el matancero Wilfredo Sánchez.

El más veloz entonces dijo: «Por ahí trato de no batear», para referirse al granmense Arias, su amigo de siempre.

Sus hijos Leonardo, Agustín Alfonso, Agustín Hugo, Edelio y José intentaron seguir sus huellas, difícil para alguien tan grande.

A ellos y a toda su familia y amigos, el INDER y la Dirección Nacional de béisbol les envía mensajes de sentidas condolencias.

Desde el barrio La Sal en Yara, con sus 1,82 cm y 82 kilogramos de peso sumó seis medallas de oro y una de plata en campeonatos internacionales para incluirse entre los deportistas del siglo XX.

Todavía se respeta a la tríada de Arias, el guantanamero Andrés Telémaco y el primera base Gerardo Olivares en el equipo de Mineros.

Merecedor de las medallas y distinciones Mártires de Barbados, Cerro Pelado y 20 años de Vigilancia Revolucionaria fue intachable en la defensa de la Revolución.

Campeón en los panamericanos de México 1975 y antes en el mundial de 1972 en Nicaragua, llevó su excelencia de bateador a brillar en 1982 en la VIII Serie Selectiva con average de .404.

Para la familia del “Tingo” Arias y sus amigos todo el respeto.

El deporte cubano está de luto.