Yaimé tuvo el mejor tiro de todos. Foto: Mónica Ramírez
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Río de Janeiro.- ASEGURADAS para la final de este martes en la mañana quedaron las discóbolas cubanas Denia Caballero y Yaimé Pérez en una jornada “pasada” por agua que dejó otras actuaciones de lujo en el atletismo olímpico.
Fue tal la lluvia que castigó la zona del Estadio Joao Havelange que las acciones se detuvieron durante un rato, pero eso no bastó para impedir que el mal tiempo afectara varias actuaciones, incluidas las de Denia y las restantes miembros de su grupo clasificatorio.
Fue el primero en comenzar, justo con la llegada del agua, y ello atentó contra el rendimiento, pero la campeona mundial de Beijing 2015 avanzanzó con los 62,94 metros marcados en su tercera y última opción, tal como sucedió con la croata Sandra Perkovic (64,81), reina defensora.
Sin embargo Yaimé encontró mejor situación climatológicca y fue mucho más efectiva en el apartado B con un primer disparo de 65,38 que resultó lo mejor entre las 34 presentadas.
Otro que intentará premios en la sesión matutina de hoy es el triplista Lázaro Martínez, clasificado en el lugar 12 con 16,61 metros, en tanto su compañero Ernesto Revé no accedió por sus escasos 16,58.
Tampoco pasaron de sus eliminatorias Arialis Gandulla (23,41) en los 200 metros y José Luis Gaspar (50.58 segundos) y Zurian Hechevarría (57.28) en las vallas largas.
Yordan O´Farrill sí lo consiguió en los 110 metros con vallas con tiempo de 13.56 segundos que le dejó cuarto de la serie cuatro, pero su compañero Jhoanis Portilla fue descalificado.
Lo mejor de la noche fue el récord olímpico (6,03 metros) del garrochista brasileño Thiago Braz Da Silva, un hombre con pocos resultados relevantes pero crecido para regalarse la competencia de su vida y arrebatar el oro al gran favorito: el francés Renuad Lavillenie, plata con 5,98.
APARTE CON ALEXANDER NAVAS
A propósito de la garrocha, este martes será el primer momento importante para la cubana Yarisley Silva, una de las seguidas cuando de corona se habla.
Subtitular de Londres 2012 y reina mundial del 2015, Yarisley ha enfrentado una temporada marcada por problemas personales, pero nadie pone en duda sus posibilidades de asaltar la cima.
Sobre la fase de clasificación y los propósitos para la final accedió a conversar con JIT su entrenador Alexander Navas.
¿Qué estrategia buscarán para pasar a la discusión de los metales?
En este minuto ella está lista para enfrentar la competencia, sabemos que es 4,60 metros la altura para pasar a la final y trabajamos sobre eso porque es importante economizar los saltos para que llegue más fresca y descansada.
¿En tu opinión cuánto se necesitará para acceder a los premios?
La final va a ser bien difícil, y tengo claro que para ganar el oro habrá que saltar por lo menos cinco metros, y que todas las medallistas van a estar por encima de los 4,80. Nosotros hemos trabajado sobre esa altura y espero que no tenga dificultad para estar por encima.
¿Entonces es un propósito buscar los cinco metros, aunque su marca personal sea de 4,91?
Siempre ha sido ese, desde el principio, y la competencia lo va a exigir. Quien primero lo haga va a ganar la Olimpiada, pero el nivel está muy parejo. Puede pasar que se logre con menos, y en definitiva lo importante es triunfar, que es el objetivo que traemos aquí.
Yarisley tiene este año 4,84, pero varias muestran mejores registros, ¿te preocupa eso?
Ningún tipo de marca anterior me preocupa, porque todas las han hecho de manera esporádica, no estables, y cuando venga la presión de la competencia será otra cosa.
Hay cinco mujeres que veo con mayores posibilidades: la griega Ekateriní Stefanidis (4,86), las estadounidenses Jennifer Suhr (4,82-actual campeona) y Sandi Morris (4,93), Yarisley y la brasileña Fabiana Murer (4,87).
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