HORA DE CUBA: 03:03 PM

Publicación del Instituto Nacional de
Deportes, Educación Física
y Recreación INDER
LUNES 20
MAYO, 2024
Visitas: 11828 Usuarios activos: 3092
La Habana
Año 66 de la Revolución
LJILJANA LJUBISIC
Una estrella anglosajona en Cuba

Sus hazañas incluyen participación en cuatro Juegos Paralímpicos, 19 medallas en eventos internacionales y récords universales en el lanzamiento del disco y la bala, especialidades en las que incursiona desde 1986. 


Por Rosa María Panadero Vega
jueves, 24 de marzo de 2016 11:35 AM



Foto: Alejandro Cebreco Duvergel

Santiago de Cuba.- LJILJANA Ljubisic vive en un mundo de sombras desde la infancia, cuando los médicos del país donde creció, Canadá, diagnosticaron incorrectamente una enfermedad que entonces parecía transitoria.

Pero su condición de ciega total no le impidió soñar. Luego de una dura batalla interna y contra el ostracismo social, “Lilo” –como la llaman sus allegados– se convirtió en una de las atletas discapacitadas más talentosas y reconocidas a nivel mundial, con hazañas que incluyen participación en cuatro Juegos Paralímpicos, 19 medallas en eventos internacionales y récords universales en el lanzamiento del disco y la bala, especialidades en las que incursiona desde 1986. 

Además de sus episodios como atleta, ha sido parte de los comités olímpico y paralímpico internacionales, tribunas desde donde alzó la voz en favor de los deportistas con necesidades especiales.

Nombrada en 2007 por el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, como la mejor atleta discapacitada del año, actualmente se encuentra en una base de entrenamiento en Cuba, pues su pasión por la actividad del músculo es ilimitada.

En el marco del Campeonato Nacional de Atletismo para Discapacitados celebrado recientemente en Santiago de Cuba, la estelar atleta canadiense aceptó establecer el diálogo con JIT.

¿Cómo influyeron tus orígenes serbios en la pasión por el deporte?

Nací en la antigua Yugoslavia, en el territorio de la actual Serbia, el 17 de diciembre de 1970. Mis padres emigraron para Canadá, específicamente a la ciudad de Vancouver, donde fui educada desde los ocho años.

Mi padre, Milenko Ljubisic, fue campeón mundial y medallista olímpico con la selección de baloncesto de Yugoslavia, y mi madre Blashenka integró el equipo nacional de remo. Siempre quise hacer deportes, porque estaba en mis genes, y la primera vez que escuché una transmisión de las Olimpiadas supe que ese sería mi camino.

¿Cuál fue la causa de su ceguera?

Yo nací con la vista normal, pero en mi infancia tuve una varicela que fue diagnosticada como gripe, y el médico prescribió antibióticos con base de sulfa, que son fortísimos. Como resultado sufrí los efectos de una reacción alérgica a la medicación, que causó el crecimiento de pelo debajo de mis párpados, lo que me produjo una condición que se llama Síndrome de Steven Johnson. El pelo rascaba mis córneas cada vez que pestañeaba, y las lágrimas siempre estaban corriendo bajo mis mejillas, lo que causaba una irritación muy dolorosa que hirió mis ojos. Entre 1988 y 1990 tuve cinco trasplantes corneales y nueve operaciones, hasta que me quedé ciega gradualmente.

¿Cómo fue su primer acercamiento al deporte?

A los 19 años, perdí mucho tiempo de preparación porque en aquella época había muy pocas posibilidades para los discapacitados interesados en desarrollarnos. Fue una casualidad que me acercara al deporte de manera seria, pues cuando estudiaba Sicología en la universidad un amigo me motivó para que me integrara a la práctica deportiva, pero dudaba porque estaba muy enfocada en mis estudios.

Recuerdo que ese fin de semana hubo un festival deportivo y desde entonces quedé enamorada, primeramente del goal ball, que es un juego de equipos para atletas con discapacidad visual.

¿Cómo describiría esos momentos?

Fue algo muy difícil, porque no había entrenadores interesados en trabajar con personas discapacitadas, pues lo consideraban una pérdida de tiempo. El movimiento paralímpico era muy limitado, ni siquiera existían los Juegos Paralímpicos, se llamaban entonces Juegos Internacionales para Personas con Discapacidad.

Ese evento fue mi primera competencia a nivel mundial en el año 1984 en Nueva York, donde formé parte del equipo de goal ball que alcanzó plata en la categoría B-2. Esos juegos los recuerdo de una manera emotiva, pero a la vez fue muy duro porque ese año fueron las Olimpiadas en la ciudad de Los Ángeles y los organizadores rechazaron la idea de acoger el evento para discapacitados, y entonces fue que decidimos realizarlos en Nueva York.

¿Cómo resumiría sus experiencias iniciales en eventos paralímpicos y campeonatos mundiales?

Tengo 19 medallas internacionales entre Juegos Paralímpicos y campeonatos mundiales, e incluso en 1985 conquistamos el Campeonato Mundial como parte del equipo femenino de goal ball de Canadá.

En 1988 se celebraron los primeros Juegos Paralímpicos, en la ciudad surcoreana de Seúl, donde obtuve medalla de bronce en impulsión de la bala. Aunque todavía era parte del equipo de goal ball ya incursionaba en el disco y la bala, y en el Campeonato Mundial celebrado en Suiza en 1986 ya había alcanzado una medalla de bronce en dichos eventos. En 1990, en el mundial de Holanda, gané por primera vez en esas especialidades, y al año siguiente repetí esa actuación.

Los Juegos Paralímpicos de Barcelona 92 tuvieron un matiz diferente, ¿por qué?

Tenían un ambiente totalmente místico. Gracias al apoyo de Samaranch los atletas paralímpicos fuimos tratados de una manera especial, y no como antes, cuando no teníamos ningún tipo de atención.

El día que gané la medalla de oro en lanzamiento del disco en la categoría B-1 habían 75 mil personas animándonos. Ese día entré en la pista y rompí el récord del mundo y el paralímpico cinco veces, y logré un lanzamiento final de 32,98 metros. Además tuve la oportunidad de obtener un segundo lugar en la bala. Fue algo maravilloso, dos medallas paralímpicas y el reconocimiento del público.

Luego vendrían exigencias superiores, ¿cómo las enfrentó?

En 1994 se celebró el Campeonato Mundial en Berlín y tuve grandes retos porque me accidenté en un automóvil, y además los organizadores de los eventos llegaron al acuerdo de que no habría más competencias de disco y bala para la categoría B-1 (ciega total), a la que yo pertenecía. Tomaron mi récord como referencia, y no había atletas de calidad que lo hicieran, por lo que tuve que competir con atletas de la categoría B-2, que veían más, además de que eran muy competitivas. 

Ese año con gran esfuerzo pude ganar nuevamente en disco con marca de 35,88 metros, pues mi entrenadora me estaba enseñando algunos elementos para mejorar los movimientos. Pero lo más hermoso fue que con ese título mundial fui campeona de dos categorías porque era una atleta B-1 que competía con las B-2, y fui recordista en las dos categorías. En esa misma competencia también obtuve el metal plateado en el lanzamiento de la bala y rompí el récord de los B-1.

Entre los años 94 y 96 tuve cuatro accidentes automovilísticos, pero a pesar de eso fui a los Juegos Paralímpicos de Atlanta, donde por primera vez hice el giro completo a la hora de lanzar y obtuve medallas de bronce en disco y bala. 

En 1997 casi pierdes la vida en otro accidente de tránsito, ¿cómo fue el proceso de recuperación?

Otra barrera, pero enfrenté lo que sucedía en mi vida. Mi hombro derecho se dislocó completamente y me mantuve tres años en rehabilitación sin competir, con excepción del mundial de 1998, al que asistí a pesar de las adversidades.

En el 2000 terminé la rehabilitación y fui a Sydney, pero cinco minutos antes de la competencia una árbitro chocó conmigo y me causó un golpe muy fuerte, lo que me impidió tener un buen resultado. Estaba lista para seguir superándome, pero fue tan fuerte el golpe físico y sicológico que en el mundial de Francia en el 2002, estando preparada para competir, no lo hice.

¿Qué le agradeces a tus entrenadores?

Hasta el año 1993 estuve con Tim Finley, quien me guió en las primeras competencias internacionales, pero me limitaba mucho en los entrenamientos.

Luego pasé con una entrenadora argentina que se llama Norma Suárez, que fue atleta olímpica en disco y bala. Me enseñó muchísimo, hizo un trabajo sicológico muy fuerte conmigo, y gracias a ella hoy puedo decir que fui la primera atleta ciega total en el mundo que hacía los lanzamientos con giro, algo impensable en aquella época.

Muchas personas consideran las limitaciones físicas como barreras que impiden objetivos específicos en cualquier esfera de la vida ¿Qué opina?

Aunque es cierto que tengo una condición física, eso no me impide soñar. Imagina que a las barreras reales que tenemos que enfrentar debamos sumar las mentales que todavía tienen algunas personas que nos creen incapaces de hacer cualquier actividad.

¿Cuáles han sido los principales obstáculos que ha enfrentado para convertirse en una atleta exitosa?

Como soy ciega todo era doblemente difícil al principio. El apoyo financiero era sumamente escaso porque los atletas paralímpicos no eran respetados como los convencionales. Pero nosotros siempre tenemos que superar esos obstáculos, además de esforzarnos por ser cada día mejores.

¿Cuánto le debe Ljiljana Ljubisic a los entrenadores cubanos?

Cuando en el año 2002 mi entrenadora decide retirarse se acercó al entrenador de la campeona paralímpica cubana Liudys Massó para pedirle que trabajara conmigo porque sabía de la calidad y el talento de los deportistas cubanos. Él decidió hacerlo, y en el 2003 obtuve otra vez el primer lugar en el mundial. De hecho fui la primera atleta extranjera aceptada por Cubadeportes, y estoy muy agradecida por ese privilegio y siento que le debo muchísimo a los entrenadores cubanos, y en especial a Liudys, a quien considero una hermana.   

Se ha convertido en una atleta admirada alrededor del mundo, ¿cuáles son sus próximos retos?

Cuando en el 2007 Juan Antonio Samaranch me otorgó el reconocimiento como mejor atleta discapacitada del año supe que tendría grandes retos. En esa época fui miembro ejecutivo del Comité Paralímpico Internacional (CPI), y además fui la única discapacitada miembro del COI.

Actualmente soy conferencista mundial. Mi misión es inspirar a las personas y siento que agrego motivación a sus vidas. Además, quisiera volver a representar a Canadá en una competencia internacional, ya sea en un mundial o en unos Juegos Paralímpicos, y para eso estoy ahora en Cuba.

bystolic free trial coupon bystolic coupons for free
bystolic free trial coupon go bystolic coupons for free
bystolic discount coupon daliresp patient assistance
how much does an abortion pill cost read abortion clinics in baltimore
lilly cialis coupon go prescription card discount
ÚLTIMAS NOTICIAS
Rodolfo Puente Zamora
 
Diagnóstico de recreación física comunitaria
(12-05-2022)
PUBLICACIONES EN INTERNET
Granma | Juventud Rebelde | Trabajadores | Cubadebate | AIN | Prensa Latina | Opciones | CubaSi | Cubahora | Cubaperiodistas
ISSN 1027 - 3905 email: jit@inder.gob.cu
DIRECTOR Rudens Tembrás Arcia JEFE DE FOTOGRAFIA Roberto Morejón. ADMINISTRACION Miguel Lázaro Galbán Álvarez
CONCEPCION VISUAL Kalman Aguilar Fait DESARROLLO DIGITAL CINID. CORRECCION Adiasel Pérez Nines REDACCION Y ADMINISTRACION Vía Blanca y Boyeros, Cerro, La Habana.
Teléfonos (537) 6487084 y (537) 6406838 EDICION Dirección de Prensa y Propaganda del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) ESTADISTICAS Centro de Investigación e
Informática del Deporte (CINID)