La Habana.- QUIZÁS como nunca antes, el primer beso anticipaba una jornada feliz en un escenario y fecha ideal: La Habana, 14 de febrero, día del amor y la amistad.

Sus ojos brillan, sus corazones laten más rápido, al principio se miran tímidamente y sonríen. Unos minutos más tarde, no pueden separarse: se abrazan, se besan y las risas no paran previa a la participación de uno y otro en el triatlón internacional de La Habana.

El premio, ella alcanzó la gloria y él un honroso tercer puesto en la distancia sprint.

Sus nombres marcan una historia de pasión dentro del deporte, una de esas tantas, pero que a ellos no les interesa lo que diga la gente, mientras su amor siga triunfando.

No son Shakira ni Gerard Pique, ni mucho menos Sarah Carbonero e Iker Casillas, Steffi Graff y André Agassi, o Victoria Adamns y Davids Berckamp, son simplemente dos mortales que se aman.

Camila Alonso, una argentina de 21 años nacionalizada española, y el venezolano Luis Miguel Velázquez, desde hace algún tiempo no pudieron resistirse a las flechas de Cupido.

Llevan esta bella relación y dicen amarse mutuamente.

«Cada vez que nos vemos, es como si fuera la primera, de vez en cuando hay desacuerdos, pero es normal», dice ella.

Él, un poco más introvertido afirma que el éxito de todo radica en el respeto y la admiración mutuos.

Ambos son de las figuras más prometedoras del triatlón en sus respectivas naciones y la distancia no marca una barrera para ese sentimiento que crece día a día. Sus rostros reflejan felicidad.

Sobre su incursión por vez primera en la mayor de las Antillas atestiguan que ha sido maravilloso, no solo por los resultados, sino también por lo vivido y apreciado.

«Cuba es un país con mucha tradición deportiva. A nivel olímpico y mundial son potencia, así que competir acá es un privilegio. Nos fue bien y solo esperamos regresar en el 2017», coincidieron.

«El apoyo de la gente, los aseguramientos, las facilidades, todo nos ha parecido magnífico y ahora solo nos resta festejar», subrayaron antes de montarse en sus bicicletas y partir a descansar.

Así pedaleando uno al lado de otro se alejan mientras este redactor confirma sin dudas que sobre romance y amor también en el deporte se puede escribir.