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LA HISTORIA del fútbol en Cuba guarda algunas señales de orgullo, de esas que pueden contarse con los dedos de la mano, pero existen. En diferentes momentos ocho cubanos formaron parte del mejor club del siglo XX: el Real Madrid. Uno de ellos, villareño. Varias fuentes digitales lo ubican natural de Caibarién o Santa Clara, allá por el año 1915, y aunque no existe criterio unánime, lo cierto es que en cualquier situación, Mario Inchausti Goitia era de la antigua provincia de Las Villas y fue guardameta en tres clubes de la Liga Española.
Cuentan que llegó a la Madre Patria con diez años, pero en una entrevista al diario Marca, en 1940, aseguró que fue en la isla donde aprendió a jugar fútbol. ¿Parece raro, verdad? Se radicó en Zaragoza, y fue en ese club aragonés en que se inició Inchausti, siempre de portero. En la temporada 1939-40, con él de custodio entre los tres palos, los Blanquillos quedaron campeones del torneo mancomunado Guipúzcoa, Navarra y Aragón. De 10 partidos jugados, el club ganó nueve.
Pero en la primera división española, las cosas para Inchausti no fueron tan bien ese año. En la jornada 19 soportó cinco goles del Madrid y con el Barza también caían, de manera más estrecha 2-1. Fue titular los 1 980 minutos de los 22 partidos disputados, recibió 40 goles en su puerta, pero el Zaragoza terminó séptimo y no descendió.
De ahí se desprendieron muchos cuestionamientos de la prensa de la época al villareño. ¿Por qué fichar por el Betis, un club de segunda?
«Yo quedaba libre al terminar la temporada. El Betis me habló y yo acepté su oferta. Eso es todo. Y aquí estoy. Yo sé que a muchos habrá extrañado mi decisión. Abandonar un equipo de Primera División para jugar en uno de Segunda no es corriente, pero yo he dado este paso y no me arrepiento. Aquí, además, luchamos con más aliciente. Es el ascenso lo que se ventila». Así declaraba al corresponsal de Marca en Sevilla, pero la prensa no se tragó el anzuelo, la oferta de más de 1 500 pesetas mensuales, una cantidad nada despreciable para la época, resultó el verdadero estímulo.
Por esos años el cubano también hizo equipo en dos ocasiones con la selección española frente a su rival de la Península, Portugal. El DT Amadeo García convocó a un grupo de jugadores jóvenes y dentro de ellos estaba Inchausti.
«Fui seleccionado por pura casualidad. Cuando trataron de formar el equipo nacional entre los nuevos elementos que probaron, en varios partidos celebrados en San Sebastián, tuve la suerte de encontrarme yo. A Vigo y a Lisboa fui como suplente de Guillermo Eizaguirre».
Pero el 1942 fue el del gran salto, Inchausti estaba en plena forma deportiva, y el Real Madrid llevaba nueve años sin ganar la Liga —todavía esperaría más. Lo fichó por una temporada y 50 000 pesetas. El villareño ni lo pensó. ¿Dónde tengo que firmar?
No demoró mucho para hacerse de la titularidad en el club merengue, hasta que en un partido contra el Córdoba de Andalucía (un equipo que solo ha estado ocho temporadas en Primera) sufrió una grave lesión. Nunca se recuperó totalmente. El villareño lo intentó por tres meses más después de aquello, pero fue en vano, con tan solo 26 años se retiraba.
¿Qué opinaría de aquella generación del 38, que vistió por primera ocasión la camiseta del Cuba en un Mundial y de la que pudo formar parte? ¿Cómo vivió los cambios en su isla? Nunca lo sabremos, Inchausti falleció a los 91 años, en el 2006, y era en ese entonces el jugador más veterano de quienes pasaron por esos tres clubes. El diario español El Mundo lo despedía con un titular que aludía a lo que pudo ser Mario Inchausti si no hubiese sido un portero maltratado por las lesiones. (Tomado de Vanguardia) how much does an abortion pill cost read abortion clinics in baltimore
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