Foto: Mónica Ramírez

La Habana.- CONSEGUIR una preparación óptima que le permita pelear por el oro olímpico en Río de Janeiro es propósito compartido por el triplista Pedro Pablo Pichardo y su entrenador Daniel Osorio.

El hombre de las P despedirá el 2015 convertido en el primer cubano y cuarto mortal que sobrepasa los 18 metros, pero no pudo ceñirse la corona en el Campeonato Mundial de Beijing, donde repitió el subtítulo alcanzado dos años antes en Moscú.

Sin embargo, vivió una buena campaña, con varios triunfos importantes y seis de los 10 mejores registros del orbe firmados con su nombre.

«Los 18 metros llegaron en mayo, muy pronto para lo que buscábamos, y por eso ahora iremos con más cautela, fomentando y estabilizando lo que hicimos bien y rectificando las deficiencias», dijo Osorio a JIT, que le visitó en el habanero Estadio Panamericano.

«Creo que el principal déficit estuvo en la parte coordinativa, la falta de conexión del tren inferior con el superior», explicó recordando los 17,73 metros que dejaron a su pupilo como escolta del estadounidense Christian Taylor en la capital china.

«Pichardo tuvo una puesta en forma cada vez mejor, y llegamos al mundial muy bien, sin dificultad, incluso con parámetros superiores a los mostrados cuando saltó 18,06 y 18,08, y ahí estuvo la incongruencia», aceptó el también jefe técnico de la comisión nacional.

Como resultado de esas valoraciones Osorio confirmó que en el comienzo de la campaña que toca a las puertas incluirán no más de dos mítines bajo techo previos al mundial de Portland (17-20 de marzo), tras el cual se insertarán en compromisos del verano rumbo a la justa carioca.

«Las pistas en salas techadas son distintas, muchas veces montadas para la competencia y por ende menos firmes que las encontradas al aire libre, pero él tiene nivel para adaptarse y sumar esos eventos a la preparación», comentó.

Aunque tales escenarios han limitado a Pichardo dadas sus condiciones de explosividad, la cita de Sopot 2013 le dejó un bronce que prevén mejorar esta vez, cuando la pretensión es rondar los 17,60 metros para dejar detrás los 17,32 que constituyen su tope en esa modalidad.

Por ahora cerraron la octava semana de labor y salen de la fase general de resistencia para entregarse a la fuerza con elementos importantes ya evaluados.

«Ha superado algunos parámetros en comparación con la misma etapa de hace un año, y estoy contento con la forma en que avanzamos en elementos que nos afectaron, como el trabajo de los brazos para evitar el retraso de los mismos y aprovechar más su potencia y explosividad», abundó.

Dijo que en enero iniciarán un segmento netamente especial y un mes después intervendrán en las primeras confrontaciones locales, donde volverán a probarse tras el referido período invernal.

«En abril vamos a realizar una base de entrenamiento en México y después nos mantendremos aquí hasta el Memorial Barrientos, en mayo, para luego elegir entre tres y cuatro competencias, no más, antes de los Juegos Olímpicos», detalló.

Insistió en que serán menos eventos que los enfrentados en el 2015, por lo que asumirán la Liga del Diamante sin afectar el cronograma concebido para la fiesta bajo los cinco aros.

«Este año, de acuerdo con los objetivos trazados, necesitaremos tiempo entre evento y evento para evaluar los parámetros, tanto técnicos como pedagógicos, y eso lleva a espaciar las competencias», sentenció.