Astaná.- LOS CUBANOS Yanet Bermoy y Carlos Tondique tampoco pudieron dar la primera medalla para su país en el Campeonato Mundial de judo durante una segunda jornada que aún tiene por decidirse las medallas.

Tondique, en primera participación a este nivel, perdió en los 66 kg por Wazari-Awasete-Ippon en la presentación inicial ante el sudcoreano Baul An, toda una revelación en el Palacio de Hielo Alau de aquí.

An, llegado solo con aval de número 20 en el ranking internacional, eliminó a continuación al bielorruso Dzmitry Shershan, cabeza de la pool B del organigrama por su condición de cuarto en el escalafón; al ruso Kamal Khan-Magomedov, bronce de la anterior edición; y al uzbeco Rishov Zobirov, dorando del 2011 en los 60, para colocarse en las semifinales de esta tarde.

Muy mala suerte tuvo Tondique al caer de esa forma en el sorteo, en certamen que sigue marcado por despidos de campeones, como sucedió en este peso con el japonés Masashi Ebinuma, dorado de París´11, Río de Janeiro´13 y Chelíabinsk´14, derrotado por Zobirov y sin entrada a la repesca por bronce.

El primero de los ranqueados en ceder fue el ucraniano Georgii Zantaraia, líder del listado y “siembra” en la llave A.

Las semifinales las disputarán Golan Pollack (Israel) versus An, y Mikhail Pulyaev (Rusia) contra Yeldos Zhumakanov (Kazajstán), este último igualmente inesperado al erigirse victimario del mongol Tumurkhuleg Davaadorg, cuarto de la lista clasificatoria.

En el caso de Bermoy en los 52 kg se esperaba más avance, sin embargo la norcoreana Song Sim Rim le plantó un buen ritmo de combate, en el que las dos recibieron Shido (penalización) por empujarse y ya en las postrimerías la cubana recibió otro por pasividad.

Esta apreciación arbitral no fue justa según el entrenador Ronaldo Veitía, quien comentó a la prensa en la zona de calentamiento que a su parecer era «Bermoy la que atacaba más en ese momento».

Acostumbrada a salir de desventajas ante rivales más laureadas, la cubana se perdió la posibilidad de presea en esta quinta ocasión consecutiva después de agenciarse oro en El Cairo´05 y platas en Río de Janeiro´07 y Rótterdam´09.

Así fue la reaparición de la cienfueguera tras alejamiento de los tatamis competitivos por una lesión.

Aquí hubo más respeto con los rangos, pues la rumana Andrea Chitu y la brasileña Erika Miranda se confirmaron en las agrupaciones A y D, respectivamente, y accedieron igual a los pases por el oro Gulbadam Babamuratova (Turkmenistán) y la conocida japonesa Misato Nakamura, reina en el 2009 y 2011.