La Habana.- EL PENÚLTIMO día del presente enero comenzará en la ciudad de Holguín el segmento inicial del Campeonato Cubano de Ajedrez, en su versión femenina, con varios temas a seguir desde antes del primer movimiento.
Si la situación epidemiológica del país lo permite, el certamen marcará el regreso a la acción en la Isla, pues las ediciones de 2021 en cada sexo, así como los tradicionales certámenes internacionales, fueron cancelados por el impacto de la covid-19.
El retorno llegaría marcado por la ausencia de los habituales torneos previos de clasificación y la llamada semifinal nacional, suspendidos también por la pandemia.
La situación forzó la búsqueda de una fórmula justa, mediante la cual ocho jugadoras de sobresalientes resultados fueran convocadas a disputar matches eliminatorios para completar el cuadro de finalistas.
Estos enfrentamientos por el sistema KO facilitarán que las cuatro ganadoras avancen al torneo principal, en que han sido “sembradas” las ocho integrantes de la preselección nacional.
Así, 12 jugadoras protagonizarán los últimos enfrentamientos en la cercana justa, entre quienes varias han saboreado al menos una vez el reinado de la Isla. Por tanto, se esperan nuevos “duelos a muerte” por la corona.
Una de ellas será la pinareña Lisandra Ordaz, defensora del cetro conquistado en 2020, el primero que guarda en su vitrina a pesar de ser actualmente la única cubana con un título internacional entre hombres.
Del grupo con presencia asegurada en la final, la santiaguera Maritza Arribas se ha sentado más veces en el trono: 11 ocasiones. Sin embargo, no logra consagrarse desde 2015 y pudiera ser esta una buena oportunidad para constatar sus posibilidades de frenar el ímpetu de las jóvenes figuras.
Maritza dominó el certamen por primera vez en 1992 y su racha de reinados más larga ocurrió entre 2001 y 2004. Esa solo la supera la fallecida villaclareña Acela de Armas, dueña de nueve cetros y capaz de imponerse cinco ocasiones seguidas a partir de 1973.
De las ahora aspirantes, la santiaguera Oleiny Linares se acerca más a esos números, gracias a sus éxitos en 2010, 2016 y 2019, este último firmado precisamente en tierras holguineras.
En dos coronas ha quedado frenada la cosecha de la ahora anfitriona Lisandra Llaudy, quien intentará aprovechar esa ventaja para sumar otro título a los conquistados en 2012 y 2018.
Cierra el listado de campeonas nacionales con opciones de repetir la pinareña Yerisbel Miranda, vencedora en 2017. No obstante, al grupo se pudiera sumar Zirka Frómeta, ubicada ahora entre las ocho que disputarán los cruces previos, si logra avanzar y añade otra victoria a su expediente, en el que ya aparecen las conseguidas en 1981, 1983 y 1987.
Esta vez se extrañará a la capitalina Vivian Ramón, dueña de ocho cetros en estos certámenes -se consagró por primera vez en 1980-, y siempre entre las principales animadoras de los torneos cubanos.
Más allá de las posibilidades de cada participante, la nueva versión del campeonato cubano para mujeres servirá para calibrar el nivel actual de nuestras principales jugadoras de cara a los compromisos internacionales que se avecinan.
Sin duda, entre esos el más importante será la olimpiada mundial que se disputará durante el próximo verano. Por cierto, allí tendrá presencia asegurada quien se consagre ahora en la Ciudad de los Parques.
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