Tokio.- EN EL salón de pruebas PCR del Centro de Prensa de los XVI Juegos Paralímpicos regalan origamis.
Mamiko, Hiroko, Erika, Kana, Risa y Sayo son jóvenes voluntarias encargadas de hacer expeditos los test de covid-19 al personal de prensa llegado a esta ciudad para la cita multideportiva que comienza el venidero 24 de agosto.
Deben realizarse obligatoriamente en el período de cuarentena y más allá, según exige el comité organizador.
En el tiempo libre que deja esta labor las estudiantes universitarias hacen lo que acá es pasión milenaria, los origamis, Papiroflexia u Origlam, como también se le conoce.
Más con gestos que con palabras nos hacen entender el cuidado que ha de tenerse en la manipulación de las pruebas de saliva, y también lo importante que resulta en su idiosincrasia el Origami.
Un vez que entregas la muestra y limpias las manos con alcohol, un Origami te confirma la hospitalidad del japonés, acto que en nuestro caso lleva implícito la solidaridad para con el pueblo cubano.
Con ellas aprendimos que la ejecución de cuerpos geométricos o figuras de hojas de papel mejoran la coordinación, estimulan la imaginación, relajan, incrementan la autoestima y la memoria, y ayudan a hacer amigos…
Muchos tienen un significado especial, como las grullas de Origami, que regaladas implican deseos de salud, felicidad, bienestar y prosperidad.
Incluso una antigua leyenda japonesa vaticina que quien haga mil grullas de papel recibirá un deseo de parte de una de esas aves, como una vida larga o la recuperación de una enfermedad.
El Senbazuru, como denominan a cumplir esa meta, es propósito fundamentalmente de niños, adolescentes y abuelos, según una historia que se remonta al año 1945, cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki.
Mamiko, Hiroko, Erika, Kana, Risa y Sayo emocionan, tanto que no podemos declinar la invitación de hacernos una foto mientras repiten Cuba, Cuba, Cuba.
Ellas no podrán disfrutar de competencia alguna desde las gradas por las medidas emitidas por el comité organizador de esta fiesta, pero aseguraron seguir a los cubanos mediante la televisión.
Los cubanos son de un archipiélago, como ellas, y tienen mucho desarrollo en el deporte, la educación, la cultura y la medicina. Así argumentan su deseo de apoyarnos.
Son chicas conocedoras de que la solidaridad es la base de la paz ansiada, precepto de estos Juegos desde sus orígenes, y su trabajo en el importante segmento de preservar la salud tiene mucho que ver con la cultura del Origami.
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