Tokio.- EN MEDIO de unos juegos olímpicos casi todo es parte de una estadística. Cualquier detalle puede convertirse en noticia, ya sea un récord, un buen resultado o un sorpresivo desempeño, pero también aquellas actuaciones que trascienden por inéditas.
Uno de esos últimos ejemplos lo protagonizó la georgiana Nino Salukvadze cuando salió al Campo de Tiro Asake, en esta ciudad. Con ello firmó su novena participación consecutiva en estas lides desde que debutó en Seúl 1988 como representante de la entonces Unión Soviética, ganando un título en la pistola a 25 metros.
La ahora mujer con más incursiones olímpicas ya cumplió los 53 años de edad, y dejó detrás a la remera canadiense Lesley Thompson-Willie y a la esgrimista sueca Kerstin Palm, quienes archivaron ocho participaciones en citas bajo los cinco aros.
Salukvadze apenas tenía 19 años cuando reinó por primera vez en el Olimpo y en su expediente constan otros hitos interesantes. Por ejemplo, en Río Janeiro 2016 compitió junto a su hijo, Tsotne Machavariani, y ahora repitió como abanderada de su país, luego de que ya lo fuera en Londres 2012.
Si lograra llegar a París 2024 igualaría al máximo competidor de toda la historia, el jinete canadiense Ian Millar, quien tiene el récord de 10. Sin embargo, no parece que esa sea una opción para ella, pues aunque aseguró que le sobra adrenalina para mantenerse sin perder la técnica, dice que «ya los ojos no ven».
El mencionado Millar concursó por primera vez en Múnich 1972 y lo hizo de manera seguida hasta Londres 2012, adornando su rica trayectoria con una medalla de plata en Beijing 2008.
A esta historia de longevidad, pero también de perseverancia, pudiera sumarse el marchista español Jesús Ángel García, uno que en Tokio estará viviendo su octava experiencia en estas magnas lides.
Llegar hasta aquí no le fue nada fácil, pues en los últimos tiempos debió infiltrarse en la cadera factores de crecimiento plasmático de manera regular. El primer jueves de cada mes recibió el tratamiento y logró la meta: en la capital nipona acumularía la mayor cantidad de presencias en certámenes olímpicos de atletismo.
«Una de las razones por las que he querido llegar hasta Tokio era que superaría el empate a siete participaciones olímpicas con Merlene Ottey y sería el primer atleta que llega a ocho», dice el hombre que debutó en Barcelona 1992. Han transcurrido ya 28 años desde que fue campeón mundial y esta gran urbe será testigo de la última vez que cubrirá los 50 kilómetros con su marcha.
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