El vínculo afectuoso entre atletas se exacerba a fuerza de solidaridad y amor entre semejantes, pruebas inocultables para quienes visitan el recinto.Un hombro amigo sirve de bastón a un ciego, otros ojos se iluminan con la luz que le falta y cualquier mano impulsa una silla de ruedas para suplir el esfuerzo de las piernas inmóviles del desvalido. (Fotos: Calixto N. Llanes, enviado especial)