La Habana.- CUANDO el próximo sábado el gimnasta cubano Manrique Larduet vuelva a la Bundesliga estará completando una temporada en que combinó novedades, buenos resultados y momentos discretos.

Una de las nuevas experiencias fue precisamente actuar en una liga de clubes, esta vez como parte del Siegerlander KV (SKV), que por ahora marcha tercero entre los ocho elencos  intervinientes en la justa.

El KTV Obere Lahn será el próximo rival del SKV, en duelo previsto para el Dreifachhalle Stählerwise, en Kreuztal; y el cierre del período clasificatorio ocurrirá el día 17 del propio noviembre frente al SC Cottbus en la Lausitz-Arena.

Los que accedan a la final se verán las caras el primero de diciembre en Ludwissburg.

Manrique fue escogido en dos de sus asistencias como TopScorer, por ser el máximo aportador de puntos a su equipo, y ha aprovechado la estancia para conocer un ritmo competitivo diferente.

Intervenciones exigentes cada fin de semana le hicieron modificar su habitual nivel de trabajo y ensayar opciones de cambios en las selecciones, según la necesidad del momento.

En esta etapa final estará acompañado, aunque solo para los entrenamientos, por su compañero Randy Lerú. Ambos se trasladaron a suelo teutón luego de asistir al Campeonato Mundial de Gimnasia Artística de Doha, Catar, donde no se consiguieron los resultados esperados.

No hubo pase a ninguna final y aunque se sabía que Manrique no completaría el all around, por presentar molestias, sus seguidores confiaban en verle al menos en la disputa de medallas de la barra fija o los ejercicios en el suelo.

En el Mundial se conjugaron varios aspectos que mermaron el rendimiento general. No fue solo que llegara con deficiencias en anillas y arzones, de ahí que se decidiera no presentarlo en tales ejercicios, sino que el principal atractivo de la cita era la clasificación olímpica por equipos.

Cuba no optó por ese premio y desde ahora quedó fuera de Tokio 2020 como conjunto. Es cierto que era un reto duro, pero parecía un buen año para intentarlo luego de conseguir hace unas semanas el pase a los Juegos Panamericanos de Lima 2019 como líderes y por delante de Estados Unidos y Brasil.

Restan ahora las posibilidades individuales, que debieran buscarse desde ya en el circuito de copas del mundo y no esperar al certamen universal del 2019.

Incluirse en las copas es la variante defendida por el entrenador Carlos Gil, quien identifica muchos beneficios en un evento con 10 fases a lo largo de varios meses.

En el 2018 se asistió a la de Portugal con muy buenos resultados, pero una sola intervención es insuficiente en un deporte en que lamentablemente se depende de la “vista” de los jueces, de ahí lo imprescindible de enseñarse lo más posible.

Lograr ese objetivo parece clave dentro de un proceso que tiene la mirada puesta en Lima, donde el aporte de la gimnasia artística puede ser importante para el propósito general de Cuba.