La Habana.- O LA Federación Internacional de Pesas (IWF, por sus siglas en inglés) no “entendió” bien al Comité Olímpico Internacional (COI), o alguna estrategia muy peligrosa anda en curso.
Horas después de que la IWF revocara el mandato de Ursula Papandrea como presidenta interina, debido a las preocupaciones expresadas por Thomas Bach, presidente del COI, asociadas a lentos avances en materia de buena gobernanza y constitucionalidad, Lausana ha respondido con un durísimo mensaje…
«El COI está muy preocupado por la decisión tomada respecto a reemplazar a la presidenta en funciones, Ursula Papandrea, por la forma en que se tomó y por el reemplazo elegido. El COI disfrutó de una excelente cooperación con ella durante su mandato y apoya plenamente las reformas iniciadas en la IWF. Actualmente, el COI no ha recibido toda la información para evaluar completamente la situación.
»Por supuesto, el comité ejecutivo del COI tendrá en cuenta este incidente y sus consecuencias a la hora de tomar nuevas decisiones», publicó en principio la entidad con sede en Suiza.
Esas palabras no dejan lugar a dudas: el COI apoya a Papandrea, no al recientemente nombrado Michael Irani, de Gran Bretaña, y aplicará medidas severas frente al suceso, probablemente. Estudiemos, por ejemplo, el caso Aiba e imaginemos el tipo de “tiros” que se gastan.
La semana pasada, el buró ejecutivo del COI analizó el proceso de reforma en marcha en la IWF, que debe conducir a la independencia de sus operaciones antidopaje y a la modernización de sus estructuras de gobierno y gestión.
Se destacó la importancia de mantener, de camino a Tokio 2020, el vínculo entre las plazas disponibles para cada comité olímpico nacional y su historial de infracciones de dopaje.
Ciertamente, se expresaron fuertes preocupaciones sobre la necesidad de mayor progreso en las reformas previo al Congreso de la IWF (marzo de 2021), y se reiteró lo crucial de que los atletas estén involucrados en todas las comisiones y comités de la federación.
Estas consideraciones fueron trasladadas a la IWF, junto a la ratificación de que el COI se reservaría el derecho de tomar nuevas medidas, dependiendo del desarrollo futuro de los acontecimientos.
Eso incluía decisiones en torno al lugar y las cuotas del levantamiento de pesas en el programa de los Juegos Olímpicos de París 2024, lo cual se determinará en diciembre venidero.
A todas luces, estas señales fueron interpretadas a la tremenda en la IWF, y se tradujeron en el fin de la era Papandrea. Sin embargo, esa no era la intención de Lausana y lo ha dicho clara y urgentemente.
No sabemos qué ocurre al interior del órgano rector de las pesas, pero presumimos que el cierre de año podría ahondarle la crisis estallada con la renuncia de Tamas Ajan y profundizada con la publicación del escandaloso Informe McLaren.
Se entiende que las nuevas críticas del COI eran para la IWF, pero no para Papandrea. Ese "error" de lectura puede costar. Ya veremos…
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