DESDE pequeño amó las bicicletas, pero como sus tres hermanos no disfrutó del soñado juguete hasta asistir al área de ciclismo del entonces municipio pinareño de Bahía Honda, hoy en Artemisa.
Tenía 12 años de edad cuando los entrenadores Tati Alberto Martínez y Bertico descubrieron sus dotes, pese a la delgadez con la cual difícilmente podría entrenarse con la 3/8 rusa.
Sobresalió en algunas carreras y a sugerencia del técnico Pepe Valdés, de la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (Espa), lo promovieron a ese centro. Participó en juegos escolares nacionales y con apenas 16 años, en septiembre de 1979, ingresó a la preselección cubana de lujo.
Se convirtió en el mejor rutero del país y fue el primero en romper el récord de cuatro triunfos de Sergio “Pipián” Martínez en la Vuelta Ciclística a Cuba, pues se impuso en 1984, 1986, 1987, 1988, 1989 y 1990.
En su primera presentación, en 1981, logró el tercer lugar y la condición de novato. Repitió ese puesto en 1983 y fue subcampeón en 1985.
Muy entregado a los entrenamientos…
Cuando aprecié las posibilidades de un deportista quise destacarme y tener resultados. Me entregaba al máximo en todo: en la preparación física, las pesas, la bicicleta… Quienes me acompañaron en el equipo nacional tenían tantas condiciones como yo o más, pero ninguno llegó tan lejos.
Realicé esfuerzos muy grandes sobre la bicicleta para preservar la camiseta de líder en las vueltas a Cuba, ante connotados ciclistas europeos que luego sobresalieron como profesionales.
Escaló La Farola, La Gran Piedra y Topes de Collantes.
Muy difíciles. Después de subir La Farola quedaba mucho terreno para llegar a Guantánamo, el fin de la etapa. Si no tenías una buena preparación o no te alimentabas bien durante el tramo no lograbas llegar con los primeros.
La Gran Piedra, que sumando los entrenamientos la subí más de 20 veces, la recuerdo como una de las montañas más duras. Esa era la etapa reina. Si tras 14 kilómetros loma arriba te ubicabas bien, podía ser definitivo. Varias veces me hice allí de la camiseta de líder.
Topes de Collantes la enfrentábamos después de muchos kilómetros y generalmente desde Ciego de Ávila. Había que economizar energías para llegar con reservas, darle con todo, subir entre los primeros o ganarla para mantener la camiseta o sacar ventaja.
¿Qué caracteriza a los ruteros ideales?
Ser bueno escalando y en la contra reloj; bajar con valor y esprintar. Quien aspire a lo grande en las carreras por etapas debe cumplir esos requisitos. De todo un poco, pero a niveles altos para estar siempre entre los primeros.
Nunca fui un gran rematador, aunque cuidaba la camiseta de líder en los finales masivos, evitando una caída. Pero si eran 15 o 20 hacia la meta sí intervenía en busca de los primeros puestos.
¿Cómo se logra el éxito?
Si aspiras a ser un destacado ciclista debes tener las condiciones físicas, es decir un organismo al cual exigirle; y debes acondicionar la mente para poder hacer todo lo que requiere una carrera de ruta.
Fundamentales también los niveles de fuerza, aprender a dar el extra en cada jornada para después conquistar una medalla. Lo que no haces en el entrenamiento será imposible en la competencia.
¿Qué opinión le merecen los coequiperos o gregarios?
Tuve muchos con tantas condiciones como las mías, pero el liderazgo se gana con los resultados. Fueron muy importantes, siempre estuvieron a mi lado. Están obligados a buscar a quienes atacan para que uno no derroche esa energía.
Cumplen además otras tareas que contribuyen a las victorias. En las mías incidieron Osmany Álvarez, Roberto Rodríguez, Eduardo Cruz, Jesús Núñez, Orestes Mora, Raúl Carballo, José A. Hernández y Antonio Quintero. Ellos saben cuánto significaron para mí y el respeto mutuo que reinaba.
¿Hay secretos en sus triunfos?
Disciplina, trabajar duro y saber a dónde quería llegar. Todo eso debe estar en la mente, por eso ahora, como entrenador, trato de trasmitirlo a mis atletas. Igual les digo que deben tener motivaciones y aspirar a correr en un equipo de Europa, como Arlenis Sierra. Esa es una posibilidad para llegar lejos.
El retiro…
Ocurrió en 1993, con solo 29 años de edad. Habría querido seguir, tuve problemas personales que pude resolver y físicamente me sentía fuerte y con ganas de continuar.
Cuando me propusieron concluir estábamos en pleno Período Especial, carecíamos de competencias y recursos que nunca me faltaron en la década de los años 80. La preparación no era igual y no podía lograr los resultados de antes. Faltar a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 me afectó mucho. De tener un estímulo habría corrido cuatro o cinco años más.
¿Qué pasó con el sueño olímpico?
Cuba no asistió a las ediciones de Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, época en que fui el mejor rutero del país. Para Barcelona 1992 no me incluyeron en el equipo de pista (persecución), a pesar de ser campeón nacional individual de esa modalidad durante años.
Reclamé y me incorporaron, pero solo para ayudar a preparar a los demás. No me eligieron siendo el segundo hombre de la cuarteta. Fue injusto realmente.
¿Dónde inició su vida laboral?
En 1993 comencé en el velódromo Reinaldo Paseiro. Y también como entrenador se me escapó la posibilidad de disfrutar de unos juegos olímpicos. Preparé a Pedro Pablo Pérez, pero no pude acompañarlo a la cita de Sídney 2000.
En 2003 cumplí misión en República Dominicana durante tres años y medio. Al regresar me vinculé nuevamente al equipo nacional masculino hasta que partí en misión diplomática a Suiza por intermedio de mi esposa.
¿En la actualidad?
Trabajo con Leonel Álvarez, entrenador principal de las muchachas de pista (medio fondo) y ruta. Pensé que no me adaptaría a ellas, pero comprendí que se trata de un trabajo bonito. Cuando empecé en 2020 coincidió con el inicio de la covid-19 en Cuba, pero mantuvimos el contacto. Hace poco las concentramos en el velódromo y las preparamos para el Campeonato Panamericano de Pista en Perú.
Hemos tenido atletas muy buenas y dedicadas, capaces de lograr medallas en juegos multideportivos y lides mundiales, como la subcampeona olímpica Yoanka González. Tenemos la ilusión de encontrar nuevas chicas con talento para trabajar y obtener nuevos triunfos en el futuro.
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