Asunción.- ME LO reiteró cada vez que compartíamos una conversación de camino a la instalación donde dejó su huella, o después de cada combate en los II Juegos Panamericanos Júnior: disfruto pelear en la larga distancia.
Esa era la frase que siempre repetía el joven taekwondoca habanero Yoikel Goicochea (+80 kg), quien no otorgó ni pidió tregua en el colchón instalado en el Polideportivo de Deportes Urbanos, en el que conquistó la tercera medalla de oro para Cuba.
Y en ninguna de las tres peleas que efectuó dejó de combatir desde afuera. Aprovechando su elevada estatura y menor peso corporal que sus contendientes, lo cual le hace más veloz en los desplazamientos.
¿Estaba fuera de pronóstico este título del citadino? Eso nunca se sabe. El actual nivel regional del deporte de las patadas y golpes con puños anda muy similar, y países como Brasil, Colombia, México y Argentina, entre otros, compiten durante todo el año en justas por Europa, Asia y la propia Latinoamérica.
«Nosotros apenas competimos en el exterior y nos basamos en el estudio de contrarios que realizan nuestros entrenadores a la hora de enfrentar un evento internacional», expuso Goicochea.
Además explicó que al colombiano César Silva, su rival por el oro, ya lo conocía del torneo clasificatorio de este año, en Querétaro, donde le ganó también en la final.
Por eso, empleó similar estrategia: trabajarlo desde afuera para mantenerlo a distancia, y si lograba acercarse, adelantarse él para poder frenarlo con ataques de puños.
El taekwondo no fue su primer deporte. Pues antes le habían interesado el judo, natación, atletismo y polo acuático, igual le gustó el baloncesto, aunque sin “atraparlo” a pesar de ser hijo de Dalia Henry, un verdadero referente del deporte de las canastas en la Isla.
«Para convertirme en un mejor taekwondoca, debo mejorar mi masa muscular, pues aunque no lo parezca, perjudica mucho tener un bajo peso en esta división que es la mayor», concluyó Goicochea, quien se siente feliz con el grupo del que formó parte para estos Juegos.
En total fueron tres los cubanos y además del oro se despidieron con la medalla de bronce de la pinareña Anaisel León (67 kg).
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