La Habana.- MUY A pesar de los avances logrados en diferentes naciones, federaciones deportivas y sistemas de enseñanza, la discriminación de la mujer en el ámbito del deporte sigue siendo un fenómeno latente.
Así lo afirmó hoy en el Palacio de Convenciones la venezolana Rosa López de Amico, presidenta de la Asociación Internacional de Educación Física y Deportes para Niñas y Mujeres (IAPESGW, por sus siglas en inglés).
La poca presencia en cargos decisorios, las dificultades para acceder a eventos y roles legitimados para hombres, y la exacerbación de los atributos femeninos son algunos de los males que lastran la consecución de la equidad entre seres humanos.
«No solo se les paga menos o existen diferencias en los premios a otorgarles, sino que a las mujeres se les estereotipa como figuras seductoras y maternales, sin apreciar lo suficiente su capacidad para trabajar y aportar a las organizaciones», sentenció la académica de larga ejecutoria.
«Los medios de comunicación han tributado mucho a ese sesgo, pero quién se enfrenta a ese poder sin lamentarlo antes o después», sostuvo la segunda ponente del día en la sala de conferencias número cuatro.
«¿Mi organización participa en la discriminación? ¿Promueve la participación de todos sus integrantes por igual?», preguntó al auditorio para llamar la atención sobre la responsabilidad de todos en esta batalla por la justicia social.
Luego alertó que en el alto rendimiento se dan los ejemplos más elocuentes de la discriminación femenina, pero esta se manifiesta también y mucho en la actividad física, los juegos tradicionales y otros escenarios.
«Al mismo tiempo, el rechazo a las minorías étnicas acrecienta los problemas de la mujer, y ahí tenemos el ejemplo de las atletas iraníes, a quienes se les prohibió competir durante años por el requisito de que llevaran sus cabezas cubiertas, en respeto a su religión», señaló.
Al respecto dijo resuelta: «Las organizaciones internacionales pueden negar el acceso, pero deberán aceptar entonces que no son inclusivas».
En ese sentido, López de Amico llamó a que las instituciones del deporte revisen sus normativas y eviten no solo la discriminación de la mujer, sino la que se produce además en temas de género, política y condición biológica.
En cuanto a esto último, recordó los casos de suspensión por hiperandrogenismo, cuyo símbolo principal fue la corredora Caster Semenya.
«Al final, a Caster y otras atletas se les ha permitido competir, pero se siguen practicando los tests de ese tipo y eso es inadmisible. Por demás, casi siempre afectan a los países pobres», recalcó.
Otro momento clave de su intervención tuvo que ver con el movimiento olímpico, respecto a lo cual aseguró que «todavía no se logra la equidad entre hombres y mujeres».
El ejemplo máximo a su juicio es la poca presencia de damas al frente de los comités olímpicos nacionales y las federaciones, a diferencia de lo que va ocurriendo en los gobiernos y ministerios. «Es más fácil ser presidenta de un país que de la federación de fútbol», sentenció.
Al cierre de sus palabras, la ponente ponderó el rol de la Unesco en defensa de la educación física de calidad para niñas y niños, y llamó a la creación de redes que actúen en su defensa.
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