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La Habana.- A NORGE Marrero González se le puede ubicar entre los padres del remo en Cuba. 

Aunque compitió en otros deportes de modo oficial, como en beisbol, softbol y baloncesto, se sabe un hombre del remo desde que en 1961, con 17 años de edad, lo eligió por sobre el deporte nacional, mientras jugaba la primera serie regional con la selección Norte de Oriente.

«Llegó un técnico a mi natal Puerto Padre, en Las Tunas, buscando hombres de más de 190 centímetros de estatura y 90 kilogramos de peso. Así me enamoré de las regatas», significó a JIT.

«Como es lógico, aprender a remar me llevó tiempo, pero después gané medallas desde mi primer campeonato nacional hasta que me retiré. Obtuve entre 20 y 30 títulos en los botes de cuatro y ocho con timonel, y de cuatro y dos sin timonel, a lo largo de mi carrera», expresó.

«Mii debut internacional ocurrió en 1963, en una gira por las antiguas República Democrática Alemana, Yugoslavia y Checoslovaquia. Fue algo inolvidable», aseguró.

Este octogenario marcó un hito al convertirse en remero y entrenador del equipo Cuba. Antes, siendo el principal técnico de la escuadra de Santiago de Cuba, se desempeñó además como comisionado provincial y director de la base náutica de ese territorio.

Para Marrero, los mejores remeros de Cuba han sido Ismael Carbonell, con cinco participaciones en juegos panamericanos y quinto en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992; Ángel Fournier, subcampeón mundial y finalista olímpico; y Arnaldo Rodríguez, rey panamericano en cinco ocasiones y quinto en Barcelona 1992.

En su listado aparecen además Júnior Pérez y Eider Batista, sextos en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, y Yoennis Hernández, varias veces campeón panamericano en single, doble par y cuatro par.

En el sector femenino exalta a Mayra González, reina panamericana varias veces y séptima en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, e Imarais Marrero, líder panamericana varias veces, primera en una copa del mundo y finalista en varias de esas. 

«Considero la etapa de director del equipo Cuba como una de las mejores de mi vida. Además fungí como presidente de la Federación Cubana de Remo», expresó uno de los pocos cubanos participante en 11 juegos olímpicos y 13 panamericanos, entre otras asistencias a certámenes internacionales.

«En el período que dirigí el alto rendimiento del Inder tuve la oportunidad de disfrutar de grandes triunfos, como el segundo lugar en un par de juegos panamericanos, con más de 50 medallas de oro y solo superado por Estados Unidos», resaltó.

«Mérito al trabajo conjunto de la dirección de alto rendimiento con las escuelas superiores de formación de atletas de alto rendimiento Cerro Pelado y Giraldo Córdova Cardín», apuntó.

Marrero asistió como deportista a los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y México 1968. Posteriormente, como directivo, sus gestiones propiciaron la presencia de su deporte en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de La Habana 1982.

Asesoró la construcción de la pista de remo para los Juegos Panamericanos de La Habana 1991 en la presa La Coronela, donde hoy radica la escuela nacional José Smith Comas, cuartel general de remeros, canoístas y kayakistas.

Jugó siete campeonatos nacionales de softbol como lanzador y preparó en dos ocasiones a equipos nacionales de baloncesto. Su rica trayectoria le hizo merecedor de la Distinción Mártires de Barbados, que otorga el Inder; la Orden al Mérito Deportivo (Consejo de Estado); las medallas Rafael María de Mendive (Educación); la Conmemorativa XX Aniversario de las FAR (Consejo de Estado); la de Hazaña Laboral (Consejo de Estado); y la de Mérito de Honor de la Federación Internacional de Remo, además de la condición de vanguardia nacional por varios años.

«Todavía doy guerra. Con 80 años de edad sigo jugando softbol y beisbol. El deporte es mi vida», expresó quien mantiene intacto el orgullo de haber sido uno de los miembros del bote Pescadores, que los primeros años de la Revolución participó en regatas a la que asistía el Líder Histórico de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

«A Fidel le debo lo que soy. Para él y nuestra Revolución, mi eterno agradecimiento», concluyó emocionado.