Caracas.- HUBO que esperar cuatro años con el sabor que deja tocar a las puertas de la gloria y no saborearla...

Pero el Campeonato de Naciones Emergentes de la IHF de Bulgaria 2023 devolvió la oportunidad de borrar aquella derrota ante Georgia en la final de 2019, en su propia casa.

Esta vez no hubo la más mínima reminiscencia de decepción, ni el temor de quedar otra vez a las puertas de lo añorado. Los cubanos se inscribieron con letras de oro en la historia de estas lides para selecciones en desarrollo.

La reseña no prestará mucha atención al partido exclusivamente, porque Chipre no presentó credenciales a la altura de los cubanos, quienes los aplastaron 28-18.

Eso sí, todos van a recordar al relámpago Hansel Rodríguez, quien repitió como máximo anotador de los caribeños tal como en el torneo precedente.

El lateral izquierdo viene a ser seña y santo del ataque cubano, junto a otros talentosos como Ronaldo Almeida. En Georgia 2019 marcó 27 goles, cuatro años después y con muchísima experiencia acumulada en el circuito portugués, se cuela con 23 en el tercer puesto de los goleadores del torneo.

Por ello mereció la distinción de jugador más valioso del certamen mundial y ya tenía el arma más letal de los de la Mayor de las Antillas.

Pero si Rodríguez fue alfa del equipo cubano, otros dos devinieron en omega: el portero Magnol Suárez Fis, brillante cuidando el arco, y Lidier Vergara, una fortaleza humana que mereció el reconocimiento como mejor defensa del campeonato.

El sueño de los balonmanistas cubanos, sin embargo, no hace más que crecer con la corona conseguida en Varna. Regresar a una lid mundial absoluta después de casi 15 años de ausencia es la nueva meta. 

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