La Habana.- LA 65 Serie del Caribe de Beisbol de Gran Caracas 2023 se ha ido a los libros con un gran campeón, los Tigres de Licey, y con otros muchos apuntes positivos.

El evento volvió a Venezuela tras dos injustas negativas de sede y lo hizo con gran ambiente beisbolero, gracias a buenas asistencias de público en general y llenos completos cuando jugó la selección local, los a la postre subcampeones Leones de Caracas.  

El Estadio Monumental de Caracas Simón Bolívar por fin fue estrenado, aunque restan por concluirle algunos objetos de obra, así que Latinoamérica tiene en La Rinconada una verdadera joya arquitectónica al nivel de los mejores parques del mundo.

La lid aconteció por vez primera con ocho equipos, los cuatro de las ligas integrantes de la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe (MEX, RDO, VEN y PUR), y los invitados de Cuba, Curazao, Colombia y Panamá.

Si desde el año 2013 se celebraban juegos semifinales y una final, esta vez se agregó la disputa del tercer lugar, a cuyo ocupante también le correspondió un premio en metálico.

Cientos de periodistas y medios de comunicación se dieron cita en La Rinconada y el estadio Jorge Luis García Carneiro, de La Guaira, para dar cuenta del hecho deportivo y también del rigor organizativo y logístico de los venezolanos. Todo lo escuchado han sido elogios…

Este sábado, a solo horas de la conclusión del evento, los aficionados venezolanos despiden a las delegaciones y se reinventan un día que pudo haber sido de plena celebración.

Podían haber ganado esa final, pero el pitcheo de los Tigres y dos errores propios los condenaron ante las cerca de 40 mil almas que no dejaron de apoyarlos nunca en La Rinconada.

Por tanto, celebran el éxito organizativo, el regreso del evento a su tierra y ese segundo lugar para nada desdeñable, aunque queda la resaca de la derrota en casa, la número 13 en 15 oportunidades.

Fue un evento duro, exigente, reñido, más allá de que muchas estrellas no vinieron porque el V Clásico Mundial de Beisbol está a las puertas y porque las series del Caribe siguen “mal” ubicadas en fecha.

Varios especialistas consideran que para contar con más luminarias de la Major League Baseball hay que ubicar la lid en la última semana de enero, pues a inicios de febrero ya comienzan los llamados a los entrenamientos primaverales.

Cinco equipos ganaron cuatro o cinco choques en esta edición y uno de esos, los Indios de Mayagüez, no pasaron a la postemporada con balance de 4-3. Los Leones, con 5-2, no pudieron liderar víctimas del sistema de desempate.

En cuanto a Cuba, lo más importante ha sido regresar a este concierto, restablecer las relaciones con la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe e iniciar otras muy importantes con la Confederación de Peloteros Profesionales del Caribe (Compeproca), cuya máxima autoridad compartió esta vez con nuestros jugadores.

Tal paso habría permitido, de llegarse al podio u obtenerse algún renglón en el equipo ideal, que nuestros peloteros recibieran los premios directamente, a diferencia de lo vivido en ediciones precedentes.

En cuanto a lo puramente competitivo hay poco que aportar a lo leído en medios y redes sociales de internet. Este es un mal resultado, alejado de lo que este mismo elenco de Agricultores u otro más reforzado podía haber logrado.

De los siete desafíos celebrados se triunfó en uno ante Curazao, se perdió otro ante México que debió ganarse con un fildeo de academia; y se falló en tres choques (COL, MEX y RDO) que parecieron asequibles, pero en los cuales se cometieron errores inadmisibles no a este nivel, sino incluso en nuestras series nacionales.

Solo la paliza propinada por Venezuela y el tropiezo ante Panamá se antojan insalvables, aunque este último muy marcado por la frustración y el desánimo que ya cargaba el elenco dirigido por Carlos Martí.

La Comisión Nacional de Beisbol y la Federación Cubana de Beisbol tienen mucho que analizar sobre lo ocurrido… En la lista de temas están la elección de refuerzos, el rendimiento de los atletas, los movimientos en el line up, la estrategia del pitcheo, las opciones tácticas empleadas y no, y otras cuestiones de rigor que no podrán soslayarse.

Sin embargo, se antoja facilista afirmar que lo vivido acá se debe estrictamente a los males que padece nuestra pelota, o a la gestión de sus principales directivos y federativos. No, un equipo como este pudo neutralizar muchas de esas falencias.

Volvamos a mirar y descubriremos que esta misma selección de Agricultores, sin cometer algunos errores en el ABC de este deporte, más otros estratégicos, técnicos y tácticos firmados antes de llegar al diamante y ya sobre estos, que no provinieron jamás de encumbradas oficinas, habría alcanzado las semifinales de la lid. Y nos referimos a cuestiones individuales de actores hechos y experimentados en estos menesteres de la pelota. 

Ahora está la honda y triste huella dejada, y los aprendizajes, que pasan por fortalecer la serie nacional y la liga élite, y por armar una mejor “banda” para la próxima ocasión en que seamos invitados o citados a la serie del Caribe. Ojalá sea en Miami 2024.

Finalmente queremos hacer una reverencia a la ofensiva de Yordanys Alarcón (.407), Yunieski Larduet (.393), Yosvani Alarcón (.346) y Andrés de la Cruz (.292). También a la defensiva del jardinero central tunero y a los lanzadores César García (2.08), Kelbis Rodríguez (2.31), Miguel Paradelo (0.00) y Andy Vargas (0.00), cuyas efectividades hablan de sus gratas actuaciones. 

Como ellos tenemos otros tantos atletas en la Isla para asistir a escenarios como Gran Caracas 2023 y lucir, incluso ganar. Ya lo hemos hecho.