La Habana.- NO FUE un jugador consumado. Quizás ni uno de esos que pudieran llamarse aficionados habituales, pero hay evidencias de que el ajedrez formó parte y dejó huellas en la vida de José Martí.

Sin fechas exactas o detalles sobre cuándo el Apóstol conoció el movimiento de las piezas, cronistas de la época reconocen que fue entre los años 1875 y 1876 –etapa en que vivió entre México y Guatemala– cuando más cerca estuvo del que llamó «complicado juego».

Existe incluso una única partida reconocida en la que intervino de manera oficial, pero esa historia se conoció luego de otra mucho más interesante. Y es que según aseguran, su relación con el ajedrez llegó como paso previo para acercarse a uno de sus grandes amores: Carmen Zayas-Bazán Hidalgo.

El joven Martí descubrió a quien luego fuera su esposa durante la presentación teatral en México de una de sus obras y quedó prendado de la hermosa camagüeyana, cuyo padre era un ajedrecista empedernido…

Cuentan varios autores que el Juego Ciencia fue el camino para hacerse presente en las largas tertulias de aquella familia y así conocer mejor a Carmen, a la par de entender mejor los entresijos de las batallas que se protagonizaban desde el tablero de las 64 casillas.

Ahí se une todo con la segunda historia antes enunciada: su única partida reconocida fue ante el niño mexicano Andrés Ludovico Viesca, quien a sus siete años era considerado un prodigio en el juego.

El duelo en cuestión terminó en triunfo para el niño, quien movió las piezas blancas y se impuso en 44 jugadas de un Gambito Damiano. Terminó siendo un encuentro sin grandes pretensiones, que no sobresalió por la calidad técnica, pero con el valor de trascender como el único disputado oficialmente por el más universal de los cubanos.

En publicaciones de la época quedaron también para la posteridad algunas crónicas del Maestro dedicadas al ajedrez. Por ejemplo, en la revista mexicana Universal apareció la referencia a la que sería una publicación dedicada solo a este deporte.

«Están en hora buena, los discípulos de Labordunais y Stauton. Según sabemos desde el próximo domingo comenzará a ver la luz pública en esta capital, un periódico que se ocupará únicamente de ajedrez y saldrá del establecimiento tipográfico de San José de Gracia».

«Dirigirá el periódico nuestro amigo, Andrés Clemente Vázquez y colaborarán en él, varios ajedrecistas extranjeros y los más distinguidos amateurs del club de México. Lo primero que tendrán los subscriptores de la Estrategia, será el match que acabaron de jugar en Londres por el campeonato del mundo, (No Oficial) Henry Blackburne, británico, y Wilhelm Steinitz, austríaco, y la obra Morphys Games, escrita en inglés por Lowenthal, vertida al castellano por Andrés Clemente Vázquez y Antonio Fiol».

Una muestra de que a Martí también le apasionaba el ajedrez. Conocía sobre los mejores jugadores de su época y si no le dedicó más tiempo a convertirse en jugador experto fue porque buscar la libertad de su amada Cuba tenía prioridad por sobre cualquier otro tema.